En una charla con Info Región el Puma Rimas Álvarez contó las vivencias de la selección en el mundial, opinó sobre el futuro internacional que se le abre al equipo y, como no podía ser de otra manera, recordó sus orígenes en Pucará.
Febo asoma; ya sus rayos iluminan el histórico convento; tras los muros, sordo ruido, oír se deja de corceles y de acero. Son las huestes que preparan; ( ) el clarín estridente sonó y la voz del gran jefe a la carga ordenó.
Bajo el sol de los primeros días de agosto y con el convento del Colegio Cardenal Newman de fondo el gran jefe Marcelo Loffreda dio a conocer la lista definitiva de treinta jugadores que integrarían un plantel mundialista que, ya desde entonces, se sospechaba estaba condenado al éxito.
13 backs y 17 forwards fue el esquema elegido por el entrenador, el mismo que se había utilizado en Australia 2003. ¿Sorpresas? Ninguna. Estaban todos los que se presuponían estarían. Y entre ellos, los dos representantes del rugby de sur del gran Buenos Aires: el experimentado segunda línea Rimas Álvarez Kairelis y el joven wing Lucas Borges.
-¿Flaco que significó para vos jugar éste que, según vos, fue tu último mundial?
-Fue algo increíble. Nos veníamos preparando desde hace cuatro años para esto y era evidente que todo queríamos estar. Además ahora, con los resultados puestos, toma otra dimensión, cuando volvimos pudimos reflexionar un poco más sobre este logro que era lo que queríamos conseguir y para lo que pusimos todo el esfuerzo en estos años. Este es el momento donde tenés la cabeza fría y te das cuenta de que fue algo importante.
-Y muy importante, porque se consiguió un histórico tercer puestos pero también se generó todo un fenómeno social ¿Cómo vivieron eso cuando llegaron al país?
-La verdad es que nos alegró. Nos sorprendió también sobre todo por algunas cuestiones particulares, como la de correr el horario de un River-Boca en un país donde el fútbol se vive de manera tan especial. Ahí es el momento en el que decís "bueno parece que conseguimos algo realmente importante". Igual creo que los argentinos somos un poco así, cada vez que hay un Mundial, los Juegos Olímpicos o lo que sea, cuando un equipo anda bien nos ponemos todos la camiseta. Ya pasó con el básquet, el hockey y un montón de otros deportes.
Pero lo alegría por el cariño de la gente fue inmensa. Quizá no me gustó tanto el posible uso político de estar en Casa de Gobierno, pero esas no son cuestiones que nos interesen a nosotros que somos deportistas.
-En este caso particular, dado que no es un deporte popular y las reglas son desconocidas por la mayoría, tal vez haya tenido mucho que ver esa mística que transmiten Los Pumas
-Sí, puede ser. Pero la verdad es que hace un par de años tratamos de demostrar lo que ahora se nos dio en este mundial. El grupo que se armó fue bárbaro y eso tuvo mucho que ver en el resultado final. No digo que los equipos anteriores no hayan sido buenos pero en este hubo una gran unión entre grandes y chicos. Todos teníamos muy claro el objetivo y tirábamos parejo para el mismo lado.
Avanza el enemigo a paso redoblado, al viento desplegado su rojo pabellón. Y nuestros granaderos, aliados de la gloria, inscriben en la historia su página mejor.
La marcha de San Lorenzo que a la postre adornó la celebre batalla del general José de San Martín tiene, de manera caprichosa pero no arbitraria, varios puntos con los que pueden agiornarse también la hazaña de Los Pumas.
Archiconocido es que el team argentino se quedó con el tercer puesto tras vencer al local, por segunda vez consecutiva en la competencia. Aunque, para lograr eso en el medio debieron conseguir muchas cosas: ganarle en el partido inaugural al arrogante Francia, marcar las diferencias frente a los débiles Namibia y Georgia consiguiendo el punto bonus, y -para asegurarse el liderazgo del pool- derrotar a Irlanda; el equipo responsable de la eliminación en Australia 2003.
Así pudieron evitar el cruce con los temibles All Blacks y dar un nuevo paso en el certamen superando con autoridad a Francia. En semifinales Sudáfrica le infringió la única tristeza (y derrota) de su estadía en la vieja galia. Aunque, un par de días después tendrían revancha frente a Les Blues y no la desaprovecharon: Con la gloria como su aliada escribieron una nueva página en la historia del deporte nacional.
-El golpe anímico de ganarle a Francia en el debut fue clave, pero ¿Cómo hizo el plantel para después bajar a tierra y ponerse a pensar en los partidos que se venían?
-Sucede que teníamos un sueño y muchos sabíamos que era nuestra última oportunidad. Así que teníamos que llegar los más lejos posible. Era difícil ganarle a Francia de local y en el partido inaugural y después bajar y concentrarse para el partido (apenas cuatro días después) con Georgia. Pero creo que fueron precisamente esas ganas que teníamos de hacer un buen papel lo que nos ayudó. Tras la primera victoria Agustín (Pichot) nos juntó y nos recordó que en pocos días tendríamos un partido tan o más difícil. Siempre tuvimos claro que debíamos construir todo paso a paso.
-En cuanto a Francia no hay dudas de que los tienen de hijos
-Sabíamos que iba a ser súper difícil porque venían jugando muy bien. Quizá eso los perjudicó porque entraron un poco confiados. Pero era mejor que ellos se sintieran ganadores porque esa arrogancia nos daba bronca y a la vez nos motivaba más. No sé si será porque nos conocemos bastante o como dicen los franceses porque somos la bestia negra. No nos pueden ganar, no entiendo todavía por qué, pero lo importante es que se nos dio a nosotros en estos dos partidos.
-¿Cómo ves el futuro de Los Pumas a partir de este logro? ¿Crees que les llegó a hora de jugar un torneo de primer nivel como el Tres Naciones o el Seis Naciones?
-Por lo pronto ninguno tiene ganas de que esto se acabe y nos gustaría seguir disfrutando esto toda la vida. Aunque somos conscientes de que muchos cumplimos un fin. En cuanto a lo rugbístico, demostramos que podemos estar en este tipo de competencias; aunque, sabemos que también es muy importante la parte económica. Que estés jugando bien no significa que te van a incluir, hay muchos requisitos para jugar torneos como el "Tri Nations", no es que los tipos te van a invitar y te van a bancar los gastos de llevar el equipo y todo lo demás. Son varias cosas, esperemos que se puedan arreglar para que tengamos una competencia más regular y podemos seguir mejorando.
El segunda línea hizo su debut en la primera división de Argentina en 1992 con la camiseta Pucará. Allí jugó nueve años junto con los que hoy son los entrenadores del Plantel Superior -Leonardo Carbone, Patricio de La Sota y Mauro Bay- y también con el inagotable pilar Conrado González Bravo. Luego sus buenas actuaciones lo catapultaron al Perpignan de Francia, club en el que jugará la próxima temporada.
-¿Te ves volviendo a Pucará?
-Realmente lo veo complicado porque mi familia esta muy cómoda allá y de volver al país me gustaría ir a un lugar un poco más tranquilo en el interior. Además, ya no están la mayoría los chicos con los que uno jugó, algunos están entrenando pero salvo Conrado ninguno juega. Mi vínculo con el club sigue y seguirá siempre porque en Pucará aprendí todo lo que sé de rugby, extraño mucho al club y representa muchas cosas en mi vida pero es difícil que vuelva.
-¿Sos consciente de que tanto vos como Lucas despertaron algo aún más especial que el resto de Los Pumas en la gente de la región al ser los únicos representantes del Sur?
-Puede ser
La verdad es que es un gran orgullo tanto para mí como par
a Luquitas. Cuando estas allá y estás por entrar a la cancha te acordás mucho de tu club, de la gente que querés y esta acá apoyandote. Por lo menos así lo siento yo, me acuerde de todo lo que pase en Burzaco, de mi familia pero también de los amigos. Eso también me pone contento, el haberle traido un poco de alegría a todos ellos con este mundial.
Juan Bautista Vega