Hace 25 años, en 1995, Los Pumas se preparaban para el Mundial, el rugby internacional vivía sus últimos meses de amateurismo y como ocurría todos los años en aquella época, en Semana Santa Los Pumitas disputarían el Mundial Junior de la FIRA para menores de 19 años.
Hasta ese momento Argentina había jugado 7 veces esa competencia con un saldo de 5 títulos, un subcampeonato y un cuarto puesto en 1994. Con el objetivo de mejorar esa última performance Los Pumitas 1995, los de la camada 1976, viajaron a Rumania, previa parada en Francia (La Rochelle) para disputar un par de amistosos.
Con solo dos mundialistas del año anterior (Lucas Ostiglia y José Orengo) y otros dos de la camada 77 (Agustín Canalda y Jorge García) el plantel confeccionado por los entrenadores, Rodolfo Gramajo y Daniel Graco estuvo integrado por 26 jugadores.
El plantel
- Pablo Cardinali (Neuquén RC)
- Agustín Canalda (Newman)
- Jorge García (Santiago Lawn Tennis)
- Federico Mishima (Old Lions)
- Facundo Passeri (Alumni)
- Aitor Ballester (Estudiantes, Paraná)
- David López Dib (Universitario, Salta)
- Andrés Volcoff (Los Tilos)
- Emiliano Bergamaschi (Atlético del Rosario)
- Martín Durand (Champagnat)
- Hernán Di Nucci (GER)
- Camilo Boffelli (Duendes)
- Luciano Rodríguez Rey (Tucumán Lawn Tennis)
- Lucas Ostiglia (Hindú, capitán)
- Diego Manson (Neuquén RC)
- Facundo López (San Cirano)
- Andrés Romagnoli (San Fernando)
- Nicolás Gómez (Universidad, San Juan)
- Juan Pablo Frúgoli (Jockey, Villa María)
- José Núñez Piossek (Huirapuca)
- José Orengo (Atlético del Rosario)
- Alejandro Tenca (San Fernando)
- Estanislao Carranza (San Fernando)
- Tomás Brouwer (Palermo Bajo)
- Federico Alsogaray (Alumni)
- Gaspar Taboada (Duendes)
El staff
El Negro Gramajo había estado como entrenador en 1994 junto al mendocino Lupín Lizarraga y pasó a compartir dupla de entrenadores con Daniel Graco, quién también cumplió la función de preparador físico.
El resto del staff estuvo integrado por el médico Guillermo Botto, el asistente de manager Carlos Martínez Casas y Alejandro Risler quién viajó como manager y presidente de la delegación.
El fixture
Con el cuarto puesto del ’94 el seleccionado nacional quedó en la zona 1 junto a Rusia y Escocia. El certamen, que sumaba por primera vez a dos seleccionados británicos (Escocia y Gales) reunía a 12 seleccionados divididos en 4 zonas de 3 equipos cada una. Los primeros de cada zona avanzaban a semifinales.
El Mundial
Ante los rusos Gramajo y Graco dispusieron como titulares a Mishima, Ballester y Canalda; Volcoff y Bergamaschi; Boffelli, Di Nucci y Ostiglia; López y Gómez; Brouwer, Orengo, Frúgoli, Carranza y Taboada. Luego ingresaron los tucumanos Rodríguez Rey y Núñez Piossek.
Fue una contundente victoria por 32 a 6 aunque el primer tiempo finalizó 3 a 3 gracias a un penal del sanjuanino Gómez. Los tries fueron de los cordobeses Frúgoli y Brouwer, Núñez Piossek (2) y el propio Gómez quien agregó un par de conversiones.
Contra Escocia Rodríguez Rey, Núñez Piossek y López Dib jugaron en lugar de Di Nucci, Taboada (Carranza pasó de full back) y Volcoff, lesionado.
La victoria fue cómoda por 43 a 3 para abrochar el pase a semifinales donde esperaba nada menos que Sudáfrica, el defensor del título y verdugo de Argentina en semifinales un año atrás.
Para enfrentar a los Baby Boks, que tenían como capitán y figura a Bobby Skinstad, la dupla Gramajo-Graco alineó a Canalda, Passeri y Mishima; Volcoff y Bergamaschi; Boffelli, Rodríguez Rey y Ostiglia; López y Gómez; Núñez Piossek, Orengo, Frúgoli, Brouwer y Carranza. Luego ingresaron el salteño López Dib y Durand, quien no había jugado por una contractura y sería gran protagonista del encuentro.
Los Pumitas se fueron al descanso perdiendo por 10 puntos (13-3) y los dieron vuelta para imponerse 20 a 13 con dos tries de Durand y uno de Ostiglia. Carranza había sumado un penal y agregó una conversión. La otra fue de Gómez para decorar una revancha de la semifinal del año anterior.
Así llegaba la final con Francia, el gran rival de aquella época, contra el que el saldo era de 5 victorias y 2 derrotas (4-1 en finales).
Los galos habían estado muy cerca de quedar eliminados ya que igualaron en el debut con Rumania y en el desempate por el primer puesto de la zona los favoreció que se tuvo en cuenta una sanción de oficio contra un jugador rumano a la vez que se desestimó una protesta de Gales por una agresión de un francés.
Para la definición la única variante fue el ingreso de Durand como titular en remplazo de Rodríguez Rey, aunque durante el encuentro ingresarían el rosarino Taboada y López Dib. Por el lado de los franceses, dirigidos por el experimentado Robert Antonin, se destacaban el pilar Sylvain Marconnet y el full back Nicolas Brusque.
Se esperaba un duelo emotivo como los anteriores ante los galos y fue así pero con un condicionamiento ya que a los 5′ el árbitro italiano, Gianni Morandin, expulsó a Núñez Piossek por entender que «puso el pie sobre la cabeza de un rival».
Lo cierto es que con un jugador menos y sin poder atacar desde el scrum (por reglamento debían formar sin octavo) el partido se hizo cuesta arriba para Los Pumitas que de todas maneras se fueron al descanso arriba 12 a 8 con un penal de Carranza, dos penales y un drop de Gómez.
El equipo argentino, con Boffelli alternando en formar de wing y de tercera, también había tenido alguna chance de try clara pero en el comienzo de la segunda parte concedió un par de tries y quedó en desventaja (20-12).
Luego, Argentina se jugó el resto y generó oportunidades que no supo aprovechar, mientras que Francia sentenció el 27 a 12 final y un nuevo título con un try de otro que luego sobresalió en el alto nivel: Xavier Garbajosa.
De todos modos, el equipo argentino se fue de aquel Mundial con la frente en alto y 25 años más tarde, justo antes de la cuarentena por el coronavirus, gran parte de sus integrantes se reunieron en Hindú para recordar aquella inolvidable experiencia.