Tras el éxito del rugby del sur en el Mundial y la ampliación a 18 equipos con la inclusión de un conjunto argentino y otro japonés, el Súper Rugby, el campeonato por franquicias del hemisferio austral, se inicia el viernes con nuevos horizontes.
Es, a nivel rugbístico, una verdadera revolución. Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, las potencias sureñas tradicionales de este deporte, ya no están solas y se les han unido Argentina y Japón, dos de las sorpresas agradables del pasado Mundial.
Los Jaguares argentinos, compuesto casi en totalidad por integrantes del combinado nacional, apuntan a la fase final, mientras que los Sunwolves japoneses, buscan ser competitivos en esta 21ª edición del torneo.
La ampliación a 18 equipos (con la llegada de un sexto conjunto sudafricano, los Kings de Port-Elizabeth) se ha dado por razones económicas y deportivas, pero ha supuesto un cambio en el formato de la competición, que muestra muchas similitudes con el modelo de la NFL, la liga estadounidense de fútbol americano.
Esto ha hecho rechinar algunos dientes, pero, sobre el campo, el espectáculo está asegurado, incluso pese a la marcha de algunas estrellas a las lucrativas ligas europeas.
Los principales favoritos serán las provincias neozelandesas. Los kiwis suman 13 de los 20 títulos, incluido el último, que se llevaron los Highlanders de Otago, cuya plantilla casi no ha cambiado y ha conseguido retener a Aaron Smith, Ben Smith y Naholo.
Los Hurricanes de Wellington, con Beaunden Barrett, Julian Savea y Nene Milner-Skudder, que dominó la temporada regular antes de perder la final, mantiene también a sus mejores hombres, pese a que ha perdido a su poderosa pareja de centros compuesta por Maa Nonu y Conrad Smith.
También habrá que contar con los Chiefs de Waikato de Sam Cane y Brodie Retallick, que no podrán contar con Sonny Bill Williams durante buena parte de la temporada por su compromiso con la selección olímpica de rugby 7, pero que sumará con la vuelta tras su lesión de Aaron Cruden.
Los otros dos equipos neozelandeses están en plena reconstrucción. Los Crusaders de Canterbury han visto retirarse al emblemático Richie McCaw y emigrar a Dan Carter, mientras que los Auckland Blues inician un nuevo proyecto bajo la dirección de Tana Umaga, que sustituye en el banquillo a John Kirwan.
En el lado australiano, los mejor preparados parecen ser los Brumbies de Stephen Larkham, semifinalistas la temporada pasada.
El año 2016 parece ser el año de la reconquista del equipo de Camberra, que el curso que viene no podrá contar con Stepehn Moore, Matt Toomua, Joe Tomane y puede que David Pocock.
Más difícil parecen tenerlo los Reds de Brisbane, que han visto como se iban Will Genia, Quade Cooper y James Horwill, pero que ha fichado a la estrella japonesa Ayumu Goromaru. En los Waratahs de Sídney de Israel Folau, Michael Hooper y Bernard Foley, la mayor baja es en el banquillo, tras la marcha de su técnico Michael Cheika.
En Sudáfrica, los Stormers de Ciudad del Cabo, únicos representantes de su país en la última fase final, lo tienen todo para repetir este año, de la mano de Eben Etzebeth, Shalk Burger y Damian De Allende, incluso pese a la baja de Duane Vermeulen.
Los Bulls de Pretoria podrán contar con Jessie Kriel, pero podrían notar la baja por lesión de su apertura Handre Pollard. Algo parecido a lo vivirán en Durban los Sharks, que han podido retener a Willie Le Roux pero notarán la marcha de los hermanos Jannie y Bismarck Du Plessis.
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