“Triste y arrepentido”

Según explicó un compañero, así se siente Martínez, jugador de Pucará, tras haber dado la patada.
El video se viralizó y estalló en las redes sociales. La patada en la cabeza del pilar de Pucará, Cipriano Martínez, a Juan Masi, de San Albano, se reprodujo miles de veces. El haber tomado tanta dimensión (hasta fue transmitido por noticieros) generará que el club, como también Disciplina de la URBA, le apliquen una severa sanción. A pesar de los trascendidos de que el equipo de Burzaco lo había expulsado como socio, la Comisión Directiva aún no tomó ninguna determinación.
En el Facebook de Pucará se pueden encontrar dos campanas: aquellos que quieren echarlo y los que acompañan al jugador, que se mostró “triste y arrepentido”, según le señaló un compañero a Olé . Muchos exigen una “sanción ejemplificadora”, que no vuelva a jugar; mientras que ex jugadores del Rojo piden recuperarlo. “Apoyo una sanción. Pero si ésta es deshacernos de un jugador, ¿dónde quedan esos valores que tanto halagamos del rugby?”, escribió Gerónimo Albertario, hoy en Dax. En la misma sintonía se refirió Gustavo Jorge, ex Puma: “Cuando adoptás a una persona, te comprometés con ella. Si se manda una cagada, no la podés devolver, te tenés que hacer cargo”.
Martínez, oriundo de Chaco, llegó este año a Pucará, proveniente del SIC, donde había jugado la pasada temporada. En 2015, ya había tenido cruces con Masi.
El artículo número 25 del capítulo cinco del reglamento de la comisión disciplinaria de la URBA, en el inciso 14, indica una suspensión oscilante entre cuatro años y perpetuidad a quien “patea la cabeza de un adversario”. La decisión se daría a conocer el miércoles o jueves.
Después del episodio que terminó con siete jugadores de Los Cedros presos en Brasil por una pelea en un bar, el rugby volvió a ser noticia, y no por un éxito deportivo.
Por: Mauro Mariani
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