Por ahora sólo se trata de un focos aislados, de pequeñas pústulas. ¿Inofensivas? No sé. Pero la controversia está planteada y de a poco toma estado público, trasciende más allá del touch. Se trata de la campaña de desprestigio que están sufriendo los principales campeonatos que se disputan en la Unión Cordobesa de Rugby.
Ambos están siendo bombardeados por asesorías externas que encaramadas en escritorios disparan contra la organización. Cuentan para ello con los cómplices necesarios que trabajan desde adentro. Entre otros episodios aparece el de la suspensión del partido de la segunda fecha de primera división que debían jugar Athletic y Palermo Bajo el sábado pasado. En el de segunda división hubo denuncias serias pero los partidos se jugaron, asumiendo los directivos al costado de la cancha el alto riesgo de la ausencia de médicos y ambulancias obvio. Éste, el de las ambulancias, pareciera que se ha transformado en el caballito de batalla para incomodar a los directivos del rugby local. Sostengo que, en la práctica, lo de las
ambulancias es de muy difícil implementación. Pero sí la presencia de médicos en cada partido. Además, por supuesto, la comunicación inmediata con algún centro de asistencia para conseguir la urgente llegada de esos vehículos auxiliares de emergencia. Más se comprueba, lo de la campaña, cuando alguien pide que haya ambulancias en todos los partidos que se disputen en cada fecha incluidas las divisiones infantiles cuyo gasto tiene que estar contemplado en el presupuesto de la Unión Cordobesa. Se trataría sin rodeos de la quiebra financiera del rugby cordobés.
Recordemos que un buen porcentaje de la fuente de recursos de los clubes y la entidad madre proviene de los mismos participantes: los jugadores. Ahora bien si ese señor, o sus asesores tienen la solución bien podrían trasladarla a las autoridades y de esa manera colaborar con el rugby total, que en definitiva y fundamentalmente es al que no hay que dejar de mirar nunca, es el que explica la existencia de todo lo que lo rodea.
De continuar con las sugerencias como la de las ambulancias en cada partido, pronto se pedirán hospitales de campaña al costado de las canchas, asesores sicológicos para los parientes de los jugadores
lesionados, obstetras o ginecólogos para asistir a alguna señora parturienta que pudiera haber en las tribunas etc etc. Así también se ha sabido que las autoridades están poniendo mucha atención en el
desarrollo del Campeonato de Segunda División. Se están detectando algunos desajustes producto precisamente, se especula, de la intromisión de factores externos a la organización que como sucedió el sábado en el Anexo de Athletic no cejan en proponer el caos. Por ahora se trata de síntomas, de pústulas. Pero la cuestión se podría propagar.
Por Jorge “Corto” Mazzieri
