La mística y el amor por la camiseta de su club es sin dudas uno de los valores que se inculcan desde el rugby. Difícilmente exista un deporte que genere mayor sentido de pertenencia por su club que no sea el de la “ovalada”. Y a la vez, muchos de los que tienen que emigrar, guardan a su club en un lugar del corazón y casi siempre regresan.
Rodrigo Bruno, luego de formarse en Jockey Club, jugar en los seleccionados cordobeses y en diferentes niveles del seleccionado argentino (Jaguares, Pampas, Argentina XV) hasta convertirse en un auténtico Puma, emigró a Rosario para integrar el plantel de uno de los elementos importantes del equipo de Atlético, que a su vez es protagonista del Torneo de la URBA, el más importante del país.
Pasaron dos años desde su partida, pero tenía una promesa: “Voy a volver”, y la cumplió.
Sus apodos se reparten entre “Cabezón”, “Potro” o “Gordo”, pero tiene nombre propio en el rugby. El villanovense es parte de la historia del rugby local por haber sido el primero en jugar en Los Pumas en 2012 (en aquel recordado triunfo de 23 a 20 ante Francia en el Estadio Kempes).
Viene de dos intensos años en Atlético de Rosario, donde se ha convertido en uno de sus símbolos y figuras, pero decidió volver a su viejo amor. Rodrigo Bruno entrenó el jueves por la noche en Jockey Club y se agrega al plantel que debutará dentro de una semana en el Oficial de Córdoba.
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