El seleccionado argentino intentará darle otro formato al desempeño que mostró en el primer partido, el sábado último, en Salta, en el que se impuso por 35 a 21.
Pisar el césped en el Club Atlético Belgrano de Córdoba, durante el rutinario reconocimiento del escenario en la jornada previa a actuar, ayudó para adentrarse más en el clima de la nueva función.
Pero lo primero en reflotar es la última visión, por su difusa imagen. El paso por Salta dejó una incontrastable sensación de insatisfacción. Pese a unos primeros instantes de desventaja, los Pumas nunca vieron comprometida su victoria y terminaron venciendo por 35 a 21. Pero el reclamo tiene su lugar a partir de la discreta producción en el estadio Ernesto Martearena. Reconociendo sus atributos, con una óptima referencia cercana -el partido con los Lions-, es irrefutable la afirmación de que el seleccionado argentino no rindió en plenitud. Así y todo, fue superior a Italia; pero la medida a veces no la da el rival sino la propia actuación.
¿Por qué se hacen estos cuestionamientos? Porque el combinado nacional cometió demasiadas imprecisiones, varias de las cuales habrían sido letales ante un adversario de mayor calibre. El andar sinuoso, con unos pocos raptos de inspiración, caracterizó el primer capítulo de esta serie con la Nazionale, aunque el hecho más sobresaliente -y no menor- fue que el in-goal se conservó inmaculado.
Es verdadera la apreciación de que el conjunto italiano carece de poder de remate, pero existe un dato que eleva aún más el gran valor de la defensa Puma: desde la ventana internacional de noviembre último hasta hoy, el equipo peninsular disputó nueve compromisos, anotando tries en todos ellos, excepto en el de la Argentina. En dicho lapso, los azzurri solamente batieron a Canadá (51 a 6) y a los Estados Unidos (43 a 25), contrincantes a los cuales les anotó seis y cinco tries, respectivamente. En las otras seis funciones nada más marcaron una vez: ante Francia, Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda y Nueva Zelanda.
El invicto de su meta es un hecho meritorio para los dirigidos por Marcelo Loffreda, aunque el coach haya puntualizado de que “habrá que mejorar notablemente con respecto al primer partido, pues hubo demasiados desajustes”.
Entonces, para el seleccionado argentino, la primera cuenta a saldar hoy en el Barrio Alberdi, donde se presentará por primera vez (es el segundo test que se hace en esta provincia; antes jugó en 2003 ante Fiji), será lograr un funcionamiento colectivo preciso, agresivo y categórico. Para cumplir el cometido, habrá que tener claridad y ser prolijos en las formaciones fijas, para disponer de plataformas de lanzamiento del juego confiables. Los forwards tendrán que ganar terreno en la batalla grupal y así generar espacios para lastimar con los backs.
Los refuerzos de Pichot, Roncero y Martín Aramburú son alentadores. Con respecto a este último, hay que indicar que se desempeñará como wing izquierdo, posición que jamás ocupó, y verlo allí será una novedad particular. Italia también se rearmó, haciendo cinco cambios: recuperó al experimentado tercera línea Mauro Bergamasco -que aportará mayor agresividad-, vuelve repuesto de una dolencia en el hombro izquierdo Santiago Dellapè, como hooker actuará Carlo Festuccia y Antonio Mannato (hizo carrera en el Seven y le hizo un lindo try de la Argentina XV, en Jujuy) llevará el N° 11. Además, Berbizier confió en el cordobés Ramiro Pez como conductor, pese a que se incorporó a la delegación a mediados de la semana pasada por la baja de Andrea Scanavacca.
Si como confiesan cada vez que se los interroga, la motivación de los argentinos es ejecutar un rugby más convincente, éstos son los compromisos en los cuales se pueden realizar los planteos más audaces. Esta es la ocasión para ensayar en un partido real las innovaciones, pero sin descuidarse. Dentro del espectro estratégico, resultará indispensable disminuir ostensiblemente el porcentaje de penales, y no exclusivamente con el propósito de resguardarse de la certera puntería del sudafricano Peens, sino para conseguir el equilibrio y la seguridad que faltó hace seis días.
FORMACIONES
ARGENTINA: Rodrigo Roncero, Mario Ledesma, Omar Hasan, Pablo Bouza, Patricio Albacete, Juan M. Leguizamon, Martín Schusterman, Gonzalo Longo, Federico Todeschini, Federico Aramburú, felipe Comtepomi, Lisandro Arbizu, José M. Nuñez Piossek, Bernardo Stortoni.
Suplentes: Eusebio Guiñazú, Marcos Ayerza, Mariano Sambucetti, Alejandro Broggi, Nicolás Fernández Mianda, Hernán Senillosa, Federico Serra. Entrenador: Marcelo Loffreda
ITALIA: Andrea Lo Cicero, Carlo Festuccia, Carlos Nieto, Santiago Dellape, Marco Bortolami, Aaron Pérsico, Mauro Bergamasco, Sergio Parisse, Paul Griffen, Ramiro Pez, Antonio Mannato, Andrea Massi, Gonzalo Canale, kaine Robertson, Gert Peens.
Suplentes: Andrea Moretti, Martín Castrogiovani, Cristian Bezzi, David Dal Maso, Pablo Canavosio, Gabriel Pizzarro, Walter Pozzebon.
Entrenador: Piere Berbizier
Por Santiago Roccetti