Una certera definición de lo que significa “al revés” será la que brindará el rugby argentino este fin de semana. El seleccionado nacional actuará como local en Londres, mientras que una de las semifinales del torneo de Buenos Aires, también pasado mañana, se disputará a la hora del almuerzo: 13.15.
Los negocios y los acuerdos dependientes de absolutamente todo con la TV engrosan cuentas bancarias -ítem necesario, claro- pero muchas veces, como en este caso, hacen foco sólo en una parte de la gran foto. ¿Será que todavía hay que esperar que se acomode el profesionalismo real para ver dónde concluye la nueva historia que empezó a escribirse efectivamente este año con la aparición de un equipo rentado como Jaguares y todo el presupuesto que ello significa? Si es así, no deberían desatenderse aspectos cruciales, como clubes, jugadores y espectadores, que son, ni más ni menos, sobre todo los dos primeros, la base de todo. Y si se lo hace, éste trasatlántico que se quiere mostrar puede irse a pique antes de lo previsto.
La llegada de la cúpula de la World Rugby a la Argentina para deliberar aquí unos días y, esencialmente, para ratificar que este es el país que será espejo y guía para naciones emergentes, concretamente en América, y con la mente brillante de Agustín Pichot como eje, dejó varios frentes de acción (uno de ellos la postulación para la Copa del Mundo de 2027), pero puso en el tapete la seguridad de los jugadores, tema caliente en este momento por la seguidilla de lesiones graves en el scrum, que no son tendencia en el mundo, pero sí aquí.
La nota publicada ayer en La Nación detalla a la perfección cómo la WR aprobó que la Argentina sea el banco de pruebas si es que se aprueban modificaciones en el scrum. Aquí, donde se ha hecho un culto al scrum, también se lo ha arruinado con trampas que violan el espíritu del reglamento. La UAR empezó a difundir las primeras conclusiones del foro de discusión que armó a partir de la lesión de Jerónimo Bello (muy buena iniciativa, aunque hubiese sido positivo convocar a jugadores y médicos especialistas en columna), mientras que, por otros lados, se lanzó el “derrumbe cero”, más otros aportes vía web (hubo un muy interesante intercambio que nació desde gente de CUBA) y, también, a través de las páginas de este diario.
Hay algo que es concreto: el rugby amateur se juega con reglas dictaminadas para el rugby profesional; reglas que buscan agilizar el juego, que sea más atractivo para la TV, y que están bien para jugadores dedicados exclusivamente a eso, pero que al amateur lo sobreexige. Hay estudios, por otra parte, que los problemas físicos para los rugbiers de alta competencia les llegan a cada vez más temprana edad.
Esa es también parte de la gran foto del rugby. Como apoyar a Virreyes Rugby, al que el intendente de San Fernando quiere quitarle su lugar para hacer un emprendimiento inmobiliario, o como para hacerse cargo de los casos de violencia que no cesan (ayer se conoció el caso de un chico golpeado salvajemente por jugadores de San Fernando). Activamente, y no para la foto. Cuidando un deporte que hace bien y que va mucho más allá de lo que pasa en un partido.
Por Jorge Búsico (Diario La Nación)
En la página de Espartanos, la ONG que revolucionó las cárceles utilizando al rugby como herramienta de educación e inserción social para los presos, hay un video corto...
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