Se vienen horas decisivas, y en Clermont estamos contentos por estar nuevamente en la final de la liga francesa. Son pocos los equipos que, como nosotros, lograron clasificarse tres veces seguidas para luchar por el título.
Esta será la décima final para el club, aunque nunca la ganó; todo eso genera siempre mucha expectativa en la gente, hace mucho que están esperando. Pero los jugadores no cargamos con una presión extra, no pensamos en lo que nos pasó en los años anteriores.
Lo bueno de esta oportunidad, al menos desde mi óptica, es que estamos más tranquilos, como más seguros. En apariencia sí llegamos mejor que las otras veces, pero estos partidos hay que ganarlos; en la final con Stade Français, por ejemplo, dominamos hasta el minuto 78, estábamos a un paso, y se nos fue.
No es cuestión de creer que salís al Stade de France y, porque estás muy bien, te llevás todo por delante. Creo que no cuenta cómo estás, son 80 minutos y el desafío nuestro es poder repetir lo hecho en las semifinales ante Toulouse.
Afortunadamente estamos funcionando como pretendemos, aunque la exigencia que nos espera es por poder hacer otro partido con la misma intensidad y el nivel de agresividad del fin de semana pasado. Sabemos que para que nos vaya bien no tenemos que aflojar nunca, y presionar hasta el último instante.
En las semifinales mostramos la madurez que alcanzó el equipo; mejoramos mucho de la cabeza esta temporada y, tal vez, en eso tenga que ver la ayuda que nos da una especialista en el tema.
No arrancamos bien el año, con muchas diferencias con el entrenador, buscando un nuevo estilo, y en medio de todo eso, el grupo salió adelante, se fortaleció. Esa unidad ha sido clave; por experiencia, está claro que en equipo puede tener muchas figuras, pero si no funciona cohesionado no se logra nada.
Desde el carácter, el grupo se armó bien, eso es lo que nos permite encarar este partido con otra perspectiva.
No quiero dar ningún pronóstico. ¿Si me veo con la copa? En verdad, trato de no pensar en eso, en darme mucha manija. Pero sí les digo que esta final la quiero ganar sí o sí, porque no sé si voy a tener otra oportunidad; pienso que ya hace bastante tiempo que estoy en el Europa y tengo ganas de ganar algo, como para cerrar todo lo vivido.
No digo que si salimos campeones dejo, porque todavía tengo contrato por un año y con opción a otro, pero uno nunca sabe que lo va a suceder más adelante. Por todo eso, creo que éste es un buen momento para ganar.
Mario Ledesma es uno de los jugadores más destacados del rugby argentino de los últimos años. Con Los Pumas, jugó 68 partidos y tres mundiales. Fue parte del equipo argentino que logró un histórico tercer lugar en el Mundial de Francia 2007. Comenzó su carrera en el club Curupaytí; en el 2001, emigró a Francia para jugar en Narbonne, donde fue capitán. Luego pasó a Castres y en 2005, desembarcó en Clermont Auvergne, su actual club. Desde 2009, Mario es columnista de Scrum.com.
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