Con una gran labor de sus forwards, superó sin inconvenientes a La Plata por 47 a 0.
LA PLATA.- “El SIC respeta a todos los rivales. Por eso, hoy [por ayer] tuvimos que cambiar sobre la marcha porque vimos que por afuera nos costaba. Entonces, decidimos variar y definirlo con nuestra formación más fuerte: el scrum.” Con estas palabras, Santiago Franzini, autor de cuatro tries en la victoria del SIC sobre La Plata por 47 a 0 (en la primera rueda le había ganado por 66 a 7), definía la actitud con que tomaron este compromiso. Y este argumento se convalida con lo expuesto en la cancha: el SIC debió apelar a su recurso más importante -el scrum- para derribar el bloque defensivo canario.
Conocido el poderío de los zanjeros en sus forwards, el local trató de desplegar su juego en el centro de la cancha. Claro que cada vez que el SIC dispuso de la pelota cerca del in-goal contrario, marcó tries que minaron las fuerzas de su oponente. Tanto, que pareció que los visitantes jugaban con demasiada solvencia, sin contratiempos y con una autoridad contundente, que le permitieron tomar el control desde el inicio.
La supremacía del vencedor en las formaciones fijas resultó abrumadora. El segundo empuje en el scrum, la obtención clara y definida por parte de Brian Anthony y Sebastián Lentino en la hilera y la dinámica que impuso Lucio López Fleming en cada ataque contribuyeron para el distanciamiento del marcador.
Los dos primeros tries de Franzini abrieron la puerta para que los de San Isidro se animaran a sacar la pelota hacia las puntas e intentaran desbordar por afuera a su rival. Por eso, no extrañó que los tres cuartos comenzaran a esquivar tackles, juntar marcas y llegar al in-goal para tomar una ventaja decisiva de 33 a 0.
A todo esto, La Plata no encontraba la pelota para jugar, sólo atinaba a reagruparse como podía en defensa y salir de contragolpe, pero que nunca prosperó en el terreno.
En la segunda mitad, ya con el tanteador definido, el SIC reguló sus fuerzas, permitió el crecimiento de los platenses, que, con mucho amor propio y ganas, fueron en busca del descuento. El abanderado de esta reacción fue Nicolás Ramos, que a punto estuvo de conseguir su try. Sin embargo, cuanto más cerca parecía que estaba La Plata de alcanzar el descuento, los sanisidrenses se las compusieron para defender y volver a marcar con su arma predilecta: scrum a cinco metros y Franzini, pelota en mano dentro del in-goal.
Al margen de la diferencia en el marcador, quizá la mayor distancia que existió entre ambos estuvo en la suficiencia y efectividad que tuvo el tricampeón a la hora de resolver las situaciones de juego.
Por Martín Carrasco (h.)
Foto: Diario La Nación