El conjunto Tricolor atraviesa un gran momento; tras vencer en la última jornada al SIC, el tricampeón, quedó segundo y lleva siete victorias seguidas; razones de este suceso.
En la etapa clasificatoria le ganó por primera vez al CASI; en el comienzo de la segunda rueda, venció a Newman, semifinalista en 2004, y el sábado último superó al SIC después de 36 años; lleva siete triunfos consecutivos, está segundo, a un punto del líder, Hindú, y junto con éste son los únicos dos invictos en esta segunda rueda… Sin duda, San Fernando vive un gran momento, y su capitán Martín Juárez lo analizó así: “Los motivos son varios. Al cambio de entrenadores se sumó que el grupo está muy unido y se entrena fuerte, sin la presión de tener que pelear por mantener la categoría”.
Es el único club de los ocho mejores en que el rugby representa una célula minoritaria dentro de una institución polideportiva, con preponderancia de las disciplinas náuticas. Los buenos resultados multiplican las expectativas, pero Juárez no fomenta falsas ilusiones: “De alcanzar las semifinales sólo hablan los de afuera; la verdad es que ni siquiera es una meta del equipo. Estar jugando en la Zona Campeonato ya es mucho”, contó.
La fuerte repercusión del triunfo sobre el tricampeón aún se percibe, y esa sensación perdurará un buen tiempo. Al respecto, el pilar sostuvo: “La gente está feliz, sobre todo los más grandes. Cuando terminó el partido con el SIC, algunos entraron en la cancha llorando, agradeciéndonos por el triunfo. ¡Eso fue increíble!”.
Entre los hacedores de este cambio se encuentra el entrenador Horacio Sanguinetti, que es muy claro a la hora de referirse a la actualidad de su equipo: “La realidad es que venimos de ser el equipo número 23, porque el año pasado estuvimos al borde del descenso. Por eso, tenemos los pies sobre la tierra; sería una falta de respeto hablar de cosas mayores (en referencia al acceso a las semifinales), cuando enfrente hay equipos como el SIC, Alumni e Hindú, que están por encima de nosotros. Lo diferente de este caso es que, con varios buenos jugadores, logramos ser un equipo más sólido, nada más. Nuestro objetivo es terminar entre los seis o los ocho mejores y que los chicos se diviertan dentro de la cancha; con eso estamos satisfechos”.
La alegría por las resonantes victorias causaron un perjuicio a las finanzas del mayor de los hermanos Sanguinetti el otro es Mariano, el wing. Lo que sucedió es que antes del match con el CASI el técnico les apostó 100 pesos a cada jugador que no ganaban. ¿Y qué pasó? Festejaron por primera vez ante el Atlético (17 a 13), en su cancha. Pero no todo quedó ahí; antes del duelo con el SIC, Sanguinetti les jugó a sus dirigidos una entrada para ir al teatro. ¡Y volvió a perder! Entonces, ahora Horaco va a tener que llevarlos a ver una obra, y están resolviendo si es la de Moria Casán o la de Graciela Alfano…
El firme andar de Sanfer es sorprendente, porque se trata de un club que, desde las divisiones infantiles al equipo principal, sólo cuenta con 300 jugadores. El plantel superior lo integran entre 65 y 70 rugbiers; por eso, una de las enormes dificultades es el recambio, y esperan que esto estimule el reclutamiento de gente para todas las categorías.
El apertura Mariano Dobal habló del desafío de mantener el nivel de juego: “La base para conseguirlo es la humildad, con trabajo serio y usando la cabeza. Partido por partido tenemos que matarnos dentro de la cancha para mejorar nuestro rugby”.
Nicolás Alamo, el subcapitán, analizó así esta más que positiva situación que viven: “Es algo histórico; nos está viniendo a alentar mucha gente en todos los partidos, y no sólo del rugby, sino de otros deportes del club también. Esto es el resultado del esfuerzo de todos los que integran el plantel”, comentó el back.
Fuente: La Nacion – Por Santiago Dapelo
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