Se va terminando el Super Rugby 2017, este fin de semana se jugará la última fecha de la fase regular, y se termina un modelo de disputa que perduró por tan solo 2 años y generó muchísimas controversias. Con el nuevo sistema de disputa habrá que tener mayor paciencia con unos Jaguares que vienen siendo criticados por muchos ya que el nivel del certamen crecerá exponencialmente.
Mientras se espera el anuncio de la Australian Rugby Union (ARU) de su decisión final sobre qué franquicia será la que dejará de competir en el Super Rugby el año próximo, en Sudáfrica ya se sabe que serán los Cheetahs y Southern King.
Esto generará que las 4 franquicias, de cada uno de esos países, que queden en el certamen se refuercen con los jugadores que quedarán sin equipo. Para poner un ejemplo, jugadores reconocidos de los Cheetahs como Teboho Mohoje, Sergael Petersen, Raymond Ruhle y Francois Venter el año que viene podrán ser refuerzos de cualquiera de las franquicias sudafricanas que compitan en el torneo.
Además, los Jaguares, que serán parte de la conferencia sudafricana junto con Stormers, Sharks, Lions y Bulls, pasarán a disputar ida y vuelta con estos últimos, lo que da un total de 8 partidos; 2 partidos de local y dos de visitante ante 4 equipos de la confederación australiana, la cual quedará compuesta por Reds, Waratahs, Brumbies, Sunwolves y Rebels o Force; y lo mismo contra la neozelandesa, que tendrá a Crusaders, Hurricanes, Highlanders, Blues y Chiefs.
De esta forma, salvo los Sunwolves, quedarán en el certamen los rivales más duros y además muchos con la posibilidad de reforzarse con los mejores jugadores de los que ya no estén.
No solo eso, en un paso hacia adelante en lo que refiere a la claridad de la disputa del certamen, desde el año próximo clasificará a los octavos de final los tres que terminen en la primera posición de zona y los 5 mejores de la general. Con ese cambio, hoy por ejemplo estarían clasificando las cinco franquicias de Nueva Zelanda.
Con la ilusión de algún día clasificar a los cuartos de final estos cambios complican a los Jaguares. Pese a que de la forma actual el año que debían enfrentar a las franquicias neozelandesas era casi imposible pensar en clasificar, en los años que tocaba jugar contra los australianos, como el actual, las posibilidades se incrementaban enormemente. Esto se daba ya que podían clasificar siendo primeros de su grupo de 4 o el mejor segundo de las dos conferencias sudafricanas.
Los Jaguares tendrán una contra más. Con el cambio de formato se les suman kilómetros. Sean o no la misma cantidad de giras, podría ser una más si a Sudáfrica deben ir dos veces, la franquicia argentina deberá ir dos veces a Oceanía y podría tener el agregado de ir a Japón en uno de esos viajes si les toca enfrentar a los Sunwolves.
En busca de mejorar el nivel de la competencia, escuchar a un público que demostró en la asistencia a las canchas y el rating su descontento y con ello también cumplirle a los dueños de los derechos en cada país y sponsors, el Super Rugby se reinventó y en 2018 se espera como el más competitivo en mucho tiempo. Los Jaguares estarán frente al mayor desafío desde su creación, levantar el nivel o quedarse en el camino.
Ramiro Pemán
https://elanalisisdelrugby.wordpress.com/2017/07/13/super-exigencia-2018/
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