Alfredo Giménez Zapiola, de 87 años y cofundador del SIC, revela los motivos de la ruptura, habla de la rivalidad de hoy y dice: “En esos años fue jodido”.
Hace nueve días el SIC festejó sus 70 años de vida, luego del desprendimiento del CASI, que tiene 102. El 14 de julio de 1935 comenzó lo que Alfredo Giménez Zapiola, de 87 años, cofundador y ex presidente (tapó las dos zanjas del terreno, por el cual nació el apodo de Zanjero) del SIC, llama: “Algo trágico en ese momento”. En el tercer tiempo del partido que Gimnasia le ganó al CASI por 9-3, un presente ocasional se volcó vino en el pantalón y se lo sacó; Jorge Conrad, jugador, se solidarizó y lo imitó, como otros. Un socio, Marcelo Tomé, lo denunció ante la comisión directiva. Hubo sanciones de uno y dos años, sin participación en el rugby para los que incurrieron en el acto. “Los tironeos ya venían porque el presidente Julio Urien había tomado la decisión de no dejar participar a los rugbiers en la elección de la subcomisión”, relata. Además, se cortó el dialogo con la CD. “Los juveniles seguimos a los de Primera, y en diciembre del 35 se formó el SIC”.
Hoy, como el mismo Giménez Zapiola afirma, “las relaciones entre los clubes son buenas, existe la rivalidad deportiva, pero fuera de la cancha se termina todo. Mis hijos han jugado en el CASI, luego pasaron al SIC, incluso tengo muchos amigos allá”.
Chicanas y cargadas, pero en paz
En las tribunas el clásico se juega a fondo. Igual que los rugbiers, los fanas se preparan durante la semana para ganar esa batalla. Son infaltables los chicos del CASI que entran al campo disfrazados de ranas por lo de Zanjeros o la torta gigante de telgopor que el SIC lleva a cada clásico para que su rival sople las velitas correspondientes a los años que suma sin títulos en Buenos Aires (el último fue en 1985). En el 2004, los locales dejaron el tortón en el centro de la cancha y los pibes académicos lo aplastaron a pisotones. Alguna vez también la banda del CASI tiró paquetes de azúcar en la casa del vecino, en alusión a su “amargura”. Los Buenmozos de Boulogne, barra líder en el aguante del SIC, prometió llevar hoy la famosa torta con el Nø 20. Todo vale para impresionar: meter una cebra (otro mote del CASI por sus colores) arrancada de una calesita o inflar un globo aerostático con la bandera zanjera. Pura pica, sin violencia.
Las veredas del TANO
Marcelo Hernán Loffreda, entrenador de Los Pumas, de chico era socio del CASI y allí dio sus primeros pasos rugbísticos (jugó en la Décima división). Luego, siguiendo a sus amigos del Colegio San Juan El Precursor, se fue a la vereda de enfrente. En el SIC, el Tano las hizo todas: fue figura, referente, capitán y campeón como jugador y entrenador.
Fuente: Diario OLE
http://www.ole.clarin.com/jsp/v3/pagina.jsp?pagId=1019472