La amargura por el resultado aún perdura en el bunker de Los Pumas. Más allá del buen partido realizado ante los mejores del mundo, dentro del plantel albiceleste todavía quedan algunos sinsabores tras lo que dejó la lluviosa noche de New Plymouth ante los All Blacks.
En el día posterior al partido, los dirigidos por Daniel Hourcade tuvieron descanso por la mañana y llevaron a cabo un trabajo regenerativo en pileta para mejorar la recuperación. Esta fue la única actividad programada hasta la tarde, momento en el cual llegó el turno para armar las valijas y partir hacia el próximo destino: Canberra.
El periplo hasta la ciudad australiana incluyó una escala en Wellington, estimando el arribo para cerca de las 22 hs (hora local) a la tierra de los Wallabies.
“Terminamos cansados. Nueva Zelanda es un equipo que te exige mucho y lamentablemente no pudimos estar a su ritmo durante los ochenta minutos. Hoy ya tuvimos un regenerativo y a la tarde encaramos el viaje para Canberra, para meternos de lleno en el partido con Australia.”, expresó Matías Moroni, de buena labor ayer en el Yarrow Stadium.
Los Pumas se despiden de Nueva Zelanda habiendo dado un paso adelante, pero con la asignatura pendiente de no haber podido mantenerse en partido hasta el cierre. Habrá una semana para mejorar y corregir los errores de cara a una nueva oportunidad, esta vez ante los Wallabies, en Canberra.
#PersonalRugbyChampionship En el día después del partido ante @AllBlacks habló@tutemoroni y analizó lo que vendrá.#GiraOceania pic.twitter.com/IGlxzAhitS
— Los Pumas (@lospumas) 10 de septiembre de 2017
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