El próximo sábado Córdoba tendrá nuevamente en cancha al clásico con más historia del rugby de nuestra provincia. Tablada y Tala se enfrentan en “El Bosque”.
El próximo sábado La Tablada y Tala disputarán un nuevo clásico del rugby cordobés. Es el partido que pone en juego cargadas, encuentros, desencuentros, amor, odio, paternidad, revancha, alegrías y tristezas entre otras cosas.
El rugby de Córdoba no está exento de lo que está sucediendo con el nivel de rugby de todas las provincias. El éxodo de jugadores que cada vez se acentúa mucho más, está provocando que los planteles de diferentes equipos continúen perdiendo a sus máximas figuras por propuestas que llegan del viejo mundo. Esto implica que la fisura que nos está dejando este situación hace que crezca de tal forma que no hay respuestas para detenerlo.
En el último mes por ejemplo, La Tablada perdió a un “puma” y un “pumita”. Estamos hablando de Francisco Leonelli y Gonzalo Padró. Ambos jugadores fueron tentados por importantes y jugosos contratos del rugby profesional y no dudaron en tomarse el avión. Quizás para muchos esto signifique demasiado y para otros no. El problema más grave es que todo esto trae aparejado que en la Argentina cada día, cada semana, cada mes que pasa, nos vamos quedando sin calidad de jugadores quienes son los encargados de marcar la diferencia sábado a sábado.
No cabe dudas que los planteles del rugby de los diferentes clubes a nivel país y a nivel Córdoba cuentan con materia prima y un número importante de jugadores para suplir estas bajas pero la pregunta es ¿la cantidad hace a la calidad?, y considero que en nuestra provincia la respuesta es NO.
Probablemente que los técnicos del equipo azulgrana (Guillermo Bernardi, Martín Menéndez, Daniel Tobal), ya tengan pensando los nombres que van a reemplazar a Leonelli (fullback) y a Padró (octavo) pero no va a ser lo mismo en cuanto a la calidad y la experiencia que estas dos personas quienes en varias oportunidades vistieron la celeste y blanca puedan brindar. En el caso que así fuera, ojalá que esto sirva en pos de nuestro rugby y de esa manera haga que el nivel no decaiga y cuando uno deba pagar una entrada para ver un partido lo haga con gusto y dispuesto a disfrutar de ochenta minutos de muy buen rugby.
Jugar un clásico de barrio con una historia de más de 50 años como es el caso de La Tablada y Tala provoca en el jugador un placer y una adrenalina que pocas veces en el año se pueda sentir. Es el partido el cual se gana todas las noches en la almohada, el que todos quieren jugar y ganar por todo lo que eso significa.
El resultado final de semejante partido puede cambiar la historia de uno de los dos. Si un club llega en un mal momento como puede ser el presente de La Tablada, ganar este match provocaría una inyección anímica importante para el resto del año. Ahora si uno llega bien parado como lo está el Tala Rugby Club y el resultado final es adverso, esto puede llegar a significar un bajón importante el cual duraría varias semanas.
Lo único que uno espera para el gran clásico de nuestra provincia del próximo sábado es que mas allá de los nombres que la entrega, la actitud, la inteligencia, la creatividad y el espectáculo no este ausente y así poder ver un excelente partido de rugby.
Por Martín Quetglas