El torneo de la URBA está invadido por rugbiers del interior; unos llegan por estudio o trabajo, pero otros buscan un pase a Europa.
Cuando se opta por alguna cuestión de importancia de manera automática se dejan de lado otras oportunidades. Nunca es fácil elegir y menos cuando la decisión es trascendental. Los motivos que puede tener una persona a la hora de tomar la determinación de partir del lugar en que vive son variados. De los 14 planteles que compiten en la Zona Campeonato de la URBA, hay 63 jugadores entre la primera, intermedia y preintermedia que vinieron del interior para competir en la liga más grande del país.
El CASI, a través del acuerdo recíproco con Sociedad Sportiva (Bahía Blanca), Atlético del Rosario y Estudiantes de Paraná, es el club con mayor cantidad de refuerzos del interior: alberga a una docena, incluido Joaquín Brinnand, que nació en Pergamino y llegó hace dos años, pero su padre representó y salió campeón con la Academia. En el segundo lugar del ranking se lo ve a Alumni, con una decena, y después están Hindú y Pueyrredón, ambos con nueve. Solamente tres planteles (San Fernando, Pucará y San Albano) están libres de jugadores del interior.
Uno de los últimos en sumarse a la lista de inmigrantes es el tucumano Conrado López Alonso, que jugaba como centro en Huirapuca y hoy se ganó un lugar en Hindú. Sobre las razones que lo motivaron a dejar Concepción, López Alonso explicó: “La decisión de vivir en Buenos Aires la tomé porque en diciembre empiezo la residencia médica en cardiología en un hospital de Capital Federal. Vine a Hindú porque conocí a los hermanos Fernández Miranda (Nicolás y Juan) cuando jugamos el último Sudamericano con la selección de Provincias Argentinas. No tuve inconvenientes para adaptarme y el grupo me recibió muy bien”, dijo el nuevo dirigido por Patricio Noriega. Respecto de la posibilidad de vestir la camiseta del seleccionado de Buenos Aires, aseguró: “Si me convocan, lo haría con gusto, ya que por cuestiones de tiempo no voy a poder hacer la pretemporada con Tucumán”.
Para Daniel Avalos, primera línea de Alumni, la razón a la hora de tomar la determinación de dejar Entre Ríos fue simple: “Vine hace 10 años de Concordia por trabajo. El rugby allá tiene menos presiones, hay poca competencia; hay que tener en cuenta que las distancias que se recorren para jugar un partido son muy extensas. En Buenos Aires, al estar todo más concentrado, la dedicación y preparación física son más fuertes”, aseguró sobre las diferencias que encuentra en Alumni y Espinillos, su ex club.
Distinta fue la motivación para el salteño Lucio López Fleming, que se unió al SIC hace tres años: “Vine porque quería seguir creciendo y aprendiendo como jugador; la verdad, es que hay mucha diferencia entre el rugby de mi provincia y el de acá. Al principio la adaptación no fue fácil, en mi puesto (medio-scrum) estaba jugando Bruno Vitale, pero probé de wing y estoy aprendiendo de a poco; creo que cada vez lo estoy haciendo mejor”, dijo el experimentado hombre de seven, que estudia abogacía en la Universidad Católica de Buenos Aires.
Al medio-scrum de La Plata, Agustín Pérez Michelena, nacido en Puerto Madryn, lo movilizaron otras razones: “Quería estudiar educación física, y tenía la opción de ir a La Plata o Buenos Aires. Pero en La Plata Rugby tengo un amigo (Guillermo Faimberg) y, además, me gustaba mucho el equipo que salió campeón en 1995 y pude verlos cuando vinieron a jugar a Madryn en 1996. La otra cosa que me atrajo, fue la gente”.
En el repaso de cada situación se advierten las particularidades, pero más allá de algunos hechos puntuales, este tema está avanzando; muchos rugbiers del interior usan a Buenos Aires como vidriera para dar el salto al Viejo Continente. Un caso llamativo fue el del salteño Javier Irazusta, que se pasó a Regatas y apenas vistió la camiseta de Bella Vista nada más que durante tres meses, pues ya se fue hacia Francia para incorporarse a Pays dAix, de segunda división.
Se le presta atención a la preocupante realidad sobre el masivo éxodo hacia Europa, pero no se atiende la necesidad de optimizar los recursos de las uniones del interior para contener el traspaso hacia Buenos Aires. Esta es una realidad y requiere otro trato. Por lo pronto, como recurso preventivowwa, algunos clubes bonaerenses están estudiando la posibilidad de establecer un mínimo obligatorio de permanencia en el club quieren imponer una temporada antes de cederles el pase internacional. Esa puede ser una salida, pero cortar este movimiento no es tarea sencilla, aunque una medida hay que tomar.
Por Santiago Roccetti (Diario La Nación)
Foto: Diario La Nación