Con un controvertido try en la última jugada y su posterior conversión, Jockey de Villa María alcanzó a igualar a su homónimo cordobés en el Country.
El partido, correspondiente a Menores de 16, no tuvo demasiados aspectos para destacar. El fuerte viento condicionó a los equipos, que salvando este factor, no hicieron demasiado por elevar el nivel. En este marco, el encuentro fue sumamente parejo. Ni los villamarienses ni los capitalinos hicieron méritos para quedarse con el triunfo, por eso el empate final en 12 puntos por lado terminó siendo lo más justo.
Los verdes, gracias al viento a favor, dominaron territorialmente en la primera etapa. Consiguieron con calidad las pelotas desde el scrum, pero no así las del line, e intentaron atacar. Allí comenzaron sus problemas: falta de criterio de los medios para distribuir el juego, falencias en el control de la pelota y efectiva defensa de los rojiblancos les impidieron reflejar su dominio en el resultado. Recién a segundos del final de los primeros 30, y después de realizar un movimiento de varias fases, Luis Rozes desniveló por la izquierda y anotó sobre la bandera el único try del primer tiempo.
En el reinicio, los locales salieron a dar vuelta las cosas, y cambiando la actitud lograron su objetivo: a los 4, equilibraron el marcador gracias a un buen try de Rodrigo Amado y siete minutos más tarde el centro José González interceptó una pelota en la mitad de la cancha y corrió solitario hasta el in goal.
La conversión de Joaquín Riera dejó al Jockey cordobés arriba por siete, y esa exigua diferencia pareció conformar a los conducidos por Trejo, Manzanelli, Krum y Scossari.
Faltando 15 para el cierre, los visitantes se mudaron a los últimos metros de sus rivales y empezaron a machacar con los forwards buscando un try que les permitiera alcanzar la igualdad, pero no podían descontar, ya que chocaron con las mismas falencias de la primera etapa.
El final del encuentro fue un cúmulo de errores. Primero del Jockey de Villa María, que desperdició no menos de tres ocasiones para anotar, después de los hípicos cordobeses, que tuvieron también numerosas oportunidades de alejar el asedio y no lo hicieron. Y por si esto fuera poco, en la última jugada del encuentro, Daniel Garay, árbitro del partido, convalidó un polémico try de Martín Ocampo (el jugador nunca llegó a apoyar) que decretó el empate y desató el descontrol. Tras el final, los jugadores rojiblancos fueron en busca de los villamarienses para vengar insultos que les habían proferido durante la parte final del partido los suplentes de su rival. Abundaron los empujones y las amenazas, y no pasó a mayores por la rápida intervención de los entrenadores de ambos conjuntos. El final fue digno de un encuentro chato, que tuvo todos los condimentos para calificarlo de malo.
Fuente: Suplemento Rugby & Golf (La Voz del Interior)