Disputada la segunda fecha de la tercera fase del campeonato cordobés, el Jockey Club Córdoba venció en los Boulevares a Palermo Bajo por 20 a 19.
El Jockey Club Córdoba alimenta sus posibilidades de meterse en las semifinales. Con la victoria cerrada de 20 a 19 sobre Palermo Bajo lo deja matemáticamente a tiro de sacar el boleto a semejante instancia.
Decir que el club “hípico” está a un paso de concretar el sueño de pelear nuevamente por el título es algo que no todo el mundo se imaginaba o pronosticaba; con un plantel totalmente jóven y sin experiencia en primera división este grupo de chicos “paso a paso” está concretando el sueño de seguir en carrera. El nivel rugbistico que viene demostrando Jockey no es de alto nivel, ni el mejor el que les gusta ver al público, pero es tal el amor propio y el corazón que ponen en cada partido que produce que los resultados por más cerrados que sean se festejen como una final.
Si, quizás parezca demasiado pero es así. En los últimos partidos disputados por el Jockey cada vez que el referí hizo sonar el silbato final, la primera imagen que se ve son abrazos y más abrazos porque todos valoran el esfuerzo y la dedicación que este plantel pone cada semana para conseguir el gran objetivo, meterse entre los cuatro mejores equipos de Córdoba.
Hoy en los Boulevares la postal fue la misma al empate con su homónimo de Villa María y a la victoria con el Córdoba Athletic: mucha entrega, garra y corazón en cada pelota. El encuentro tuvo un nivel chato, pobre y con muchas impresiciones. Tanto los del “caballo” como los del “escarabajo” se cansaron de sacarle chichones a la guinda por la cantidad de veces que tocó el piso. Knock on, pases para adelante y nerviosismo fueron el reflejo de los primero cuarenta minutos. La diferencia estuvo en una corajeada del primera línea de Jockey, Cristobal Blanco que con el pecho se zambulló en el in goal de Bajo para marcar el primer try del partido.
El reloj pasaba y los de la “herradura” estaban con el cebador puesto. Nadie hacía la pausa, nadie pensaba, era todo muy confuso. Hasta que en una de las pocas pelotas claras del partido, el centro Nicolás Gorkievich tomó la ovalada fue al frente y a pocos metros de la linea de try le dio un pase al wing Juan Pablo Chumbita quien no perdonó y allá fue a parar. Jockey nuevamente facturaba y estaba bien. Palermo Bajo solo pudo descontar con un try de maul apoyado por el capitán Mauricio Ferreyra.
En la segunda mitad y con la lluvia que decía presente el árbitro Javier Olalla hizo sonar el silbato y el show nuevamente estaba en escena. Esta vez fueron los de bordo y amarillo quienes manejaron el juego. Con Pablo Rusculleda en cancha, los dirigidos por Marcelo Biglia y Mariano Moya se hicieron dueños de la pelota y como si fueran un tractor se lo llevó por delante a “rojiblanco”. Los de barrio “Jardín” solo pudieron mover el score a su favor con un penal de Federico Plans a los 8 minutos y nada más. Los dirigidor por Bilgia y Moya no bajaron los brazos nunca y salieron decididos a comerse vivo al adversario. Con un try del medio Rusculleda y otro del wing recien ingresado Ferrini la historia quedaba 20 a 19 en favor de la visita.
A solo cinco minutos del final la cosa estaba para cualquiera. Los conducidos por Rusculleda metían el pecho con los gordos y Jockey solo se defendía. La tribuna visitante entre rezo y rezo pedía a Dios que Palermo Bajo no sacara el libreto del maul porque sabían que iban a quedarse afuera de toda pelea. Jockey aguantó, se defendió como pudo y con mucho amor propio pudo despejar todo tipo de peligro para esperar el pitazo final y como dijimos al comienzo: ver a este grupo de jugadores, gritar, saltar y festejar, sabiendo que el próximo sábado se juegan la vida ante La Tablada en El Bosque para así poder sacar el pasaje a las semifinales.
Por Martín Quetglas
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