Tras brillar en los 80 como apertura, volvió a Banco Nación para ser su presidente. Defensor a ultranza del amateurismo, sostiene que el rugby nacional “está en una crisis de crecimiento” y asegura que Los Pumas serán “muy competitivos” en el Mundial de Japón.
Aquellos equipos salían casi de memoria. Y en los dos títulos (1986 y 1989) y en el histórico triunfo ante Inglaterra del 14 de julio de 1990 en Vélez, el mismo hombre condujo magistralmente a un grupo de jugadores que, en su mayoría, eran jóvenes sumamente talentosos que seguían a ese histórico capitán de Los Pumas, quien amaba, por sobre todas las cosas, ponerse la camiseta de su club.
Un día de diciembre de 2006, aquel Banco Nación 1986-1990 fue elegido por un jurado integrado por 20 personalidades del rugby como el mejor equipo de club de Argentina. Pero la característica de aquel Banco Nación no sólo pasó por los resultados sino por la forma en la que sus jugadores entendieron el rugby. La llevaban en la sangre y en el alma. Y la trasladaban a la cancha cada sábado. Siempre con él, con Hugo Porta al frente, quien aquella noche del reconocimiento, dejó una sentencia que hoy mismo podría repetir.
“Todo sucede como consecuencia de algo y nada en la vida es casualidad. Nosotros jugamos al rugby levantando la bandera de la cultura del club, lo que nos diferencia con las potencias del mundo”, exclamó rodeado de sus viejos compañeros y amigos que siguen admirándolo.
El tiempo pasó. Y Banco Nación no pudo mantenerse. Ni en lo deportivo ni en lo social ni en lo económico-financiero. Algunos hasta auguraron su desaparición. Un día, por ejemplo, hubo que vender el histórico predio de Benavídez y hoy la sede de Vicente López ya no luce plena de vida como en aquellos años dorados. Por eso Porta decidió dar el paso. Y a fines de 2018 asumió como su presidente.
“Banco es mi vida, es mi club. Me pareció que estaba en un momento en el que puedo aportar cosas y estamos en la reconstrucción, porque el club está en una situación medio extraña”, aseguró en el marco de la entrega de los Premios Laureus, de los que Porta forma parte.
-¿Por qué?
-Porque es un club desmembrado, aunque nos podemos administrar y vamos desarrollándolo. Banco necesita de todos y creo que yo puedo ser un elemento de unidad. Mi objetivo es que el rugby y el hockey estén juntos, por ejemplo.
-¿Cómo viviste todos estos años?
-Con mucha tristeza. Hoy la realidad es que tanto el hockey como el rugby sabemos que no vamos a volver a Vicente López y tenemos debates para saber cuál es nuestro lugar. Si pertenecemos a Vicente López y Olivos o si somos de Malvinas Argentinas, donde tenemos la nueva sede. Además, queremos que el club no sea más una guardería de chicos que llegan, se entrenan o juegan y se van sino que tenemos que recuperar lo social. Nuestra estructura tiene que estar orientada a los jugadores que, en el rugby de nuestro país, casi el 98 por ciento son amateurs.
-¿Cuántos jugadores de rugby tiene hoy Banco Nación y cuántos tenía allá por los 80?
-Tenemos cerca de 450 socios de rugby y en aquella época les teníamos que pedir a los chicos que se fueran a jugar a otro lado.
-¿Cuál es tu análisis del rugby argentino en general?
-Está en una crisis de crecimiento. Hoy el rugby argentino está estructurado para una minoría. Hay una gran estructura organizada para un profesionalismo que recién empieza y los clubes siguen haciendo su esfuerzo estando en plena crisis. Esta famosa grieta de la sociedad se da en los clubes también.
-¿Qué le criticás además al rugby de nuestro país?
-Doy el ejemplo de la medicina en el rugby. Hay pocos médicos clínicos y hay muchos especialistas en hombro, tobillo, cabeza… En el rugby hay muchos especialistas:de line, de juego defensivo, de juego de ataque. Lo que me gustaría sería no perder a los maestros. No me gustaría perder a esa gente que les dice a los chicos que el rugby es un juego en el que vas a conseguir una alegría increíble en el momento en el que vas a poder libremente correr con la pelota. El protagonista debe ser siempre el jugador para que él tome sus propias decisiones. Si no, estaremos formando autómatas limitándolos en lo que tengan o puedan hacer.
-¿Qué esperás de Los Pumas en el Mundial?
-Serán muy competitivos y me gusta que todos los jugadores y el staff de entrenadores sean argentinos. Es un equipo que me asegura entrega y mientras haya entrega y respetemos nuestra cultura, no importará tanto el resultado.
-¿Estás de acuerdo con que jueguen todos en el seleccionado, incluso los que lo hacen en Europa?
-Hay que disponer de los mejores. Y si una parte de los mejores está en Europa, tiene que jugar.
-¿Alguna vez el rugby argentino se olvidó de Hugo Porta?
-Nunca. Y además yo me siento un representante del rugby argentino. Que conjugue o no con las ideas de los que lo manejan es otro tema.
Hugo Porta. Al 100 por ciento.
Un referente para los ex deportistas del mundo
En el salón del hotel Le Méridien, donde varias ex figuras del deporte atendieron a los periodistas del mundo en el marco de la entrega de los Premios Laureus, Hugo Porta se mueve libremente. Casi como cuando repartía magia con las camisetas número 10 de Los Pumas y de Banco Nación.
Se lo ve charlando y riéndose con Sean Fitzpatrick, ex hooker de los All Blacks,y con Morné du Plesis, ex octavo de los Springboks, quienes, como él y el irlandés Brian O’Driscoll, integran el comité que elige a los mejores atletas de la temporada. “Siento que estar en el Laureus desde el principio es algo muy importante para mí. Mi rol acá pasa por el trabajo social que uno pueda hacer para acercar el deporte a los chicos”, explicó Porta.
Por Mariano Ryan
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