Tras haber ganado su primer título de la FIRA en 1987, el seleccionado nacional juvenil no participó de esa competencia en 1988 por motivos económicos. Sin embargo, a fines de ese año, en el Sudamericano de Paraguay, empezó a formarse el equipo que jugaría el Mundial en Troia, Portugal, en marzo de 1989.
Con Héctor Pipo Méndez y José Javier Tito Fernández como entrenadores, el plantel que se coronó en Asunción tenía varios jugadores de la camada 70 que estarían en condiciones de disputar el torneo de la FIRA al año siguiente. Ellos eran: Guillermo Ugartemendía (Los Matreros), Pablo Camerlinckx (Regatas), Gonzalo Camardón (Alumni), Sebastián Orduna (Banco Nación), Alejandro Tolomei (CUBA), Leonardo Cuiña (CUBA), Diego Carrizo (Tucumán Lawn Tennis) y Luis Criscuolo (Alumni).
Con esa base se realizaron los tradicionales partidos de Probables contra Posibles en Buenos Aires y quedó conformado el grupo que viajaría a Europa con estos integrantes: Gabriel Gentili (Duendes, Rosario), Marcelo Miranda (Marista, Mendoza), Pablo Sánchez (Palermo Bajo, Córdoba), Cuiña, Gabriel Giber (Banco Nación), Eduardo Garbarino (Belgrano Athletic), Eduardo Salim (Tucumán Lawn Tennis), Agustín Uriarte (CUBA), Ugartemendía, Gonzalo García (Duendes, Rosario), Máximo De María (CASI), Sebastián Amaya (Hindú), Camerlinckx (capitán), Carrizo, Camardón, Horacio Herrera (Córdoba Athletic), Federico Armenault (Banco Nación), Lucas Herrera (Tucumán Lawn Tennis), Gabriel Acevedo (Los Tordos, Mendoza), Diego Rilo (Ciudad de Buenos Aires), Orduna, Juan Virasoro (Los Tilos), Federico Schacht (Alumni), Tolomei y Criscuolo.
La gira previa
Una particularidad del viaje fue que por primera vez incluyó una gira previa con amistosos en Francia y España. El 5 de marzo Los Pumitas golearon 71 a 4 (vale aclarar que el try empezó a valer 5 puntos en 1992) al combinado de Essone, en las afueras de París, el 8 superaron 51 a 4 a La Rochelle, que presentó un equipo de menores de 21 años, y el 11 fue una clara victoria de 88 a 0 frente a Perigord-Agenais, en Agen.
“Los primeros partidos dieron la medida justa de que estábamos bien preparados” analizó en aquel momento el presidente de la delegación, Aitor Otaño, en una entrevista con la revista Test Match.
Luego, ya en España, jugaron el 15 y 18 de marzo con sendos triunfos, en San Sebastián ante la selección juvenil vasca (62 a 0) y en Madrid frente a la española que se preparaba para el Mundial (60 a 3).
Afilados, con dos semanas de gira, con entrenamientos (“de 28 días entrenamos 26, a veces en doble turno” destacó al regreso el capitán Pablo Camerlinckx) y amistosos incluidos, los menores de 19 argentinos llegaron a Troia, Portugal, a unos 60 km. de Lisboa, donde se disputaría la 21 edición del torneo de la FIRA.
El staff técnico
El certamen sería el primer compromiso internacional para la dupla técnica conformada por Méndez y Fernández, quienes tuvieron como acompañante al Negro Fernández Miranda. Así analizó Otaño el trabajo del staff: “Manejaron al grupo magníficamente. Pipo Méndez no solo es un coach de primer nivel sino que su talento personal hace que tenga un muy buen trato con la juventud y que sepa aprovechar todo lo que Tito Fernández técnicamente inculca por piel y conocimiento. Fernández Miranda fue una gran ayuda en lo anímico”.
El Mundial
El primer rival, el 20 de marzo, fue China-Taipéi en un partido que sirvió para ganar el ingreso al Grupo A del certamen. La victoria fue contundente: 86 a 3. Ese día Tito y Pipo decidieron que los titulares fueran: Gentili, Garbarino y Cuiña: Uriarte y Salim; García, Amaya y Camerlinckx (c); Carrizo y Armenault; Tolomei, Rilo, Virasoro, Schacht y Criscuolo. Luego ingresó Giber por Garbarino.
El capitán Pablo Camerlinckx fue el tryman con 4 conquistas, hubo dobletes de García, Giber, Schacht y Tolomei, y tries de Amaya, Armenault, Criscuolo, Rilo, Cuiña y Virasoro. Fede Armenault, quien saltó a la fama en aquellos tiempos por compartir los entrenamientos con Hugo Porta, agregó 7 conversiones.
“En la reunión previa de la FIRA, en la que se decidió la forma de jugar el campeonato, se nos señaló como el terror del torneo. Nosotros queríamos jugar el primer partido con Francia o bien la final pero se votó y se decidió la forma en que se jugó”, contó el recordado Otaño.
El siguiente rival, solo dos días después y tras algunos cambios en el fixture, era Rumania, un equipo siempre áspero y con buenos antecedentes en la competencia. Por eso Méndez y Fernández ordenaron 10 cambios y el equipo quedó conformado por Miranda, Giber y Sánchez; Ugartemendía y Uriarte; García, De María y Camerlinckx (c); Camardón y Horacio Herrera; Lucas Herrera, Acevedo, Orduña, Tolomei y Criscuolo.
Pese a sufrir dos tries en el ingoal propio, la victoria fue 32 a 10 gracias a las conquistas de Tolomei (2), Criscuolo, Lucas Herrera y Ugartemendía y las 3 conversiones del Chacho Herrera.
“Fue el partido más bravo de todos los que habíamos jugado hasta ahí. Nos hicieron dos tries, es mucho si se tiene en cuenta que nos hicieron solo 5 en los 9 partidos que jugamos” (Pablo Camerlinckx, capitán).
La semifinal era para muchos una final anticipada. Al no haber asistido al torneo en 1988 Los Pumitas debían eliminarse con Francia, el gran candidato, una instancia antes y para afrontar ese desafío, el 24 de marzo, los entrenadores solo hicieron un cambio: Fede Schacht ingresaba en una punta en remplazo del tucumano Lucas Herrera.
Fue una notable actuación argentina. El primer tiempo fue 12 a 0 para Los Pumitas, luego los galos igualaron con 3 penales y un drop pero finalmente terminó siendo un claro triunfo 28 a 12, sin tries en contra y con un try scrum y otro de Tolomei. Horacio Herrera sumó un drop y Armenault, quien ingresó en su remplazo, agregó un gol, 4 penales y un drop.
“En el equipo francés había 6 o 7 jugadores de primera. Llevábamos una diferencia de 12 tantos pero Francia, con viento a favor, nos empató. A partir de ese momento, como si fuese un juramento, los forwards argentinos arrasaron. Los dirigentes franceses perdieron la categoría y no querían que sus jugadores cambiaran las camisetas al término del partido”, recordó Otaño a su regreso al país.
“Lo mejor de la gira fueron esos últimos 20 minutos ante Francia” afirmó Mateo Uriarte unos meses más tarde. “Se llegó al punto cúlmine de todo el proceso y el nivel que alcanzamos fue el resultado de todo lo que nos metieron los entrenadores”.
Otra vez hubo un solo día de descanso y el 26 de marzo fue la final ante la Unión Soviética, que si bien en lo político estaba a punto de desaparecer en lo rugbístico asomaba como un adversario en pleno crecimiento.
Con un solo cambio que fue el de Armenault por el cordobés Herrera, lesionado, Argentina disputó y ganó con autoridad una de las dos finales de la FIRA en la que no tuvo que enfrentar a Francia. La otra sería ante Gales, en 1996.
Argentina fue de menor a mayor. Terminó el primer tiempo 10 a 9 arriba y estuvo unos minutos en desventaja (12-10) en el inicio de la segunda parte.
“Los soviéticos jugaron un primer tiempo en un plano de total paridad e incluso fueron el único equipo que logró aventajar parcialmente al nuestro” (Luis Bavio, enviado especial de la revista Test Match)
Luego fue un monólogo celeste y blanco. El resultado lo dice todo: 42 a 12 con dos tries del mendocino Acevedo, uno de Camerlinckx, otro de García, uno de scrum y también apoyaron los wines Schacht y Tolomei, máximo anotador del equipo con 7 conquistas. El resultado lo decoró Armenault con 4 conversiones, un penal y un drop. El apertura terminó siendo el goleador argentino con 58 puntos (un try, 15 conversiones, 6 penales y dos drops).
El salto a Los Pumas
“Es prematuro pero nosotros creemos que algunos de estos jugadores jugarán el Mundial de 1991”.
La frase de Otaño tuvo algo de cierto ya que Camerlinckx y Schacht debutaron en Los Pumas ese mismo año y Camardón, quien debutó en 1990, estuvo en el Mundial 91. Los otros que luego formaron parte del seleccionado mayor fueron el Vasco Ugartemendía, Tato García, Garbarino, los dos Herrera, Tolomei y Criscuolo.
El cierre lo hizo Luis Bavio desde las páginas de la revista Test Match: “La Argentina, otra vez campeón Mundial Juvenil. Igual que en el año 1987. Dos veces intervenimos y en las dos fuimos campeones. Que alegría para nuestro rugby. Que felicidad!!”
Por Juan Pablo García
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