Cuatro minutos brillantes le bastaron a Nueva Zelanda para desactivar el milimétrico plan de Sudáfrica y vencer por 23 a 13. Los defensores del título comienzan así la RWC 2019 con paso firme mientras que los Springboks mantienen intactas sus esperanzas pese a la derrota.
El partido fue parejo, como se esperaba, pero, en último término, los All Blacks, supieron afrontar el desafío físico planteado por los Springboks y anotar con precisión en cada error del rival.
En los prolegómenos, la liturgia fue respetada una vez más, con una rendición de “Kapa o Pango”, el haka con el que los neozelandeses desafían a sus rivales en las grandes ocasiones. Como tradición, también fue respondida con cánticos desde las plateas de aficionados de sudafricanos.
Ya en juego, Sudáfrica aprovechó la primera oportunidad que se le presentó. Handrè Pollard tomó un penal para anotar desde cincuenta metros colocando los primeros tres puntos en el marcador (0-3, min 2).
Como todos los partidos hasta la fecha en esta RWC2019, los errores de manejo marcaron los primeros instantes. Los pateadores probaban a fullbacks y wings con envíos al fondo de la cancha. En el intercambio, Sudáfrica se sintió cómoda. Aaron Smith, el medioscrum de Nueva Zelanda sufría por sacar pelotas limpias. La presión de la tercera línea sudafricana asfixiaba.
Hasta los 15 minutos, todo fue perfecto para los de verde y oro. El partido se manejaba en los parámetros que quisieron establecer: presión alta, jugando en territorio rival y buscando el error. Al segundo penal que tuvo para patear, Pollard lo intentó de nuevo pero erró estrellando la pelota en el poste.
El error, sin embargo, lo cometió el combinado sudafricano. El partido cambió como solo los tricampeones pueden hacerlo. Hasta entonces, las formaciones fijas eran fuente de obtención segura para los Boks, pero en el minuto 19 un error de manejo lo aprovechó Richie Mo’unga para internarse en la 22 rival, Mampimpi se las arregló para tacklearlo pero cometió penal desde el suelo. El apertura neozelandés no falló bajo los postes para igualar la contienda (3-3, min 22).
La bestia despertó. De seguido, Mo’unga inventó desde su campo. Pateó a su ala, Sevu Reece que rompió a la defensa sudafricana, encontró el apoyo de Ardie Savea, la pelota acabó en el otro wing, George Bridge, que apoyó sin oposición. En dos minutos todo el plan de juego sudafricano quedó desbaratado por la calidad y determinación de los All Blacks. Mounga convirtió para el 10-3, min 19.
El apertura All Black insistió con la táctica. Prefirió salar la defensa que proponían los sudafricanos con patadas a sus wings. Una larga jugada de ataque reportó recompensa a los de negro. El centro Lienert-Brown se cortó por el centro de la cancha y encontró el apoyo del segunda línea Scott Barret para apoyar el segundo try. Tras una semana de especulaciones sobre la presencia de Retallick, la segunda línea All Black está bien cubierta.
Mo’ unga sumó los dos extras para el 17-3, en el minuto 27. Para finalizar la primera mitad, el apertura neozelandés pudo aumentar la diferencia pero erró el penal que intentó.
Insuficiente reacción Springbok
El cortocircuito Springbok se alargó tras el descanso hasta que Cheslin Kolbe acertó a juntar los dos cables correctos. El wing desactivó una bomba al fondo de la cancha y explotó a correr pegado al lateral. Solo una tackle salvador evitó el try sudafricano.
Pero la reacción ya estaba ahí, los All Blacks no supieron salir de sus 22 tras la presión y Pier-Steph Du Toit se las ingenió para cruzar el ingoal tras detectar la ausencia del poste junto a un ruck. Pollard convirtió para el 17-10, min 47. Había partido.
De nuevo, la selección verde construyó a partir de la presión de su terceras líneas. Vermeulen rompió la línea y habilitó a Faf de Clerk que puso a su equipo dentro de la 22 rival, esta vez sin puntos y concediendo a los All Blacks una salida: un tackle y recuperación de Savea mantuvieron el orden natural de las cosas.
Buscando puntos cuanto antes, Pollard pasó un drop de bella ejecución en el minuto 58 (17-13). Con 20 minutos por jugar y el marcador ajustado a un try de diferencia, los cambios parecieron ayudar más a los All Blacks.
Hansen había refrescado a toda la primera línea mientras mientras que Sam Cane no regresó tras el descanso por una posible conmoción. Su lugar lo ocupó Tuipulotu. De un penal en un scrum, precisamente, nació una nueva oportunidad de estirar la diferencia All Black que Mo’unga aprovechó (20-13, min 67).
En Sudáfrica, Kolisi dejó su lugar a Francois Low, agregaban tamaño y fuerza al pack para acompañar a Vermeulen y, especialmente, a Du Toit, inmenso durante todo el partido.
Pese a los intentos sudafricanos por llegar a campo contrario, Nueva Zelanda simplificó su juego, aceptó el desafío físico y dejó descontar los minutos. Mientras Sudáfrica se desgastaba, Beauden Barrett asumió la tarea de pateador en el tramo final del encuentro para estirar la diferencia con un nuevo penal convertido (23-13, min 73).
No hubo tiempo para más. El último partido que perdió Nueva Zelanda en una RWC se remonta a 2007.
RNS jca/np
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