Con un alto rango de puntos anotados y un tackle poderoso, el tercera línea, Michael Hooper, lidera a Australia desde su propia forma de ser.
En los 107 partidos que disputó Australia desde que el ala realizó su debut, ha estado en 98 encuentros, fue titular en 92 y, antes de quedar afuera del banco de suplentes para su partido final del viernes contra Georgia, se perdió solo uno por lesión.
David Pocock, un compañero especialista en la recuperación de la pelota y uno de los predecesores de Hooper como capitán, genera más titulares en la prensa, en parte debido a su abierta naturaleza en una amplia gama de problemas sociales y medioambientales.
Pero si Australia consigue dar vuelta las probabilidades y derrota a Inglaterra en el partido que tienen por delante el sábado por cuartos de final, no hay dudas de quién estará en el centro de la acción. “El es fantástico para nosotros, lidera con el ejemplo. No necesito comentar mucho sobre lo que hace. Ustedes lo saben”, dijo este martes el pilar Scott Sio.
Una de las cosas que Hooper hace es poner su cuerpo una y otra vez en esas situaciones que hacen que los espectadores se estremezcan. Directo desde el momento en que hizo su primera presentación para los Wallabies, contra Escocia en junio de 2012, el hombre de los NSW Waratahs se ha adueñado del punto del encuentro.
Sin embargo, de alguna manera, casi nunca se lesiona y nunca permite que su nivel de juego decaiga, hecho que asombra a sus compañeros de la tercera línea.
“La cuestión que siempre nos impresiona sobre ‘Hoops’ no es solo como se ocupa de su cuerpo luego de que pueda jugar cada semana, y por 80 minutos, sino el nivel que muestra una consistencia muy sorprendente en el Super Rugby y en el nivel de tests”, elogió Jack Dempsey. “Es algo que definitivamente intentas imitar, pero él está en otro nivel”, agregó.
Esta determinación tranquila pero implacable marcó a Hooper como potencial capitán desde el principio. En 2014, con solo 22 años, se convirtió en el Wallaby más joven en recibir el brazalete en 53 años, antes de asumir el rol de manera permanente en 2017. Si bien no es alguien que pronuncie discursos entusiastas, el equipo lo escucha cuando da un paso adelante. “En lo que es bueno es en elegir su momento para hablar, entiende que también tenemos personas distintas que hablan en diferentes momentos del juego”, dijo Sio.
“Por lo tanto, entender cuándo encenderse es muy importante y tiene un gran control sobre eso. Tenemos un flujo constante de excelente comunicación de todos nuestros líderes y él lo reconoce muy bien”, añadió.
La defensa es la piedra sobre la cual Hooper ha construido su carrera, el punto desde el cual exige respeto unilateral. Y sus habilidades en su habitual juego defensivo es un área que no demuestra signos de debilidad. A pesar de ser la temporada en la que logró su 100° encuentro, Hooper realizó 223 tackles en el Super Rugby 2019, más que cualquier otro jugador.
Pero está lejos de ser unidimensional. Sus 19 tries hasta el momento, dos de los cuales llegaron en la fase de grupos de la RWC 2019, lo convierten en el forward de los Wallabies con mayor cantidad de tries de todos los tiempos.
Si bien Pocock es aclamado por ser único de su generación en sus habilidades de juego con la pelota, es Hooper quien ha obligado a sucesivos entrenadores a colocarlos a ambos en el mismo equipo. El famoso eje ‘Pooper’ comenzó 26 veces en forma conjunta y, a pesar de que no resultó ser una dupla extremadamente ganadora para los Wallabies, ya que ganaron 12 y perdieron 14 de esos tests, el entrenador Michael Cheika rara vez deja a alguno de ellos fuera de la planilla titular del equipo.
Sio sabe exactamente a quién seguirá durante esos momentos cruciales de cuartos de final. “Nos respalda al 100%, que es lo que te gusta mirar en un líder cuando estás ahí afuera”, dijo el hombre de 61 caps. “Está muy tranquilo y sereno también. Cuando tomas decisiones es crucial asegurarte de que puedes mantener al equipo enfocado y listo para continuar cuando te conectes”, cerró.
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