El hooker de los All Blacks, que estuvo cerca de abandonar el rugby este año, dijo estar ahora en un 100 por ciento para enfrentar a Irlanda el próximo domingo.
Si hay un jugador de los All Blacks que no quiere desaprovechar la oportunidad de enfrentar a Irlanda el próximo domingo, ese es el experimentado e importante hooker Dane Coles.
Cuando su equipo pise el campo de juego del Tokyo Stadium, el jugador de 32 años, que ha estado en varias oportunidades bordeando esa delgada línea que comparte la agresión con la indisciplina, se asegurará de ayudar a su equipo después de las cuatro semanas de descanso sin enfrentar a rivales del Tier 1.
El hecho de que los actuales bicampeones del mundo derrotaron a Canadá y Namibia desde la victoria ante Sudáfrica hace que se empiecen a tejer algunas especulaciones y más con la suspensión del partido ante Italia. Algunos piensan que esto podría jugarle en contra a los All Blacks con poco ritmo de juego y con tan sólo un partido de los considerados importantes en la fase de grupos.
Coles estuvo en la derrota récord de Nueva Zelanda contra Australia en Perth durante el mes de agosto y les ha servido de antídoto para no relajarse.
Después de aquel doloroso 47-26 en contra hicieron una severa autocrítica y pudieron revertir la imagen con un sólido 36 a 0 ante Los Wallabies pero con un Coles que vio la tarjeta amarilla después de lanzar al medio scrum Nic White afuera de un ruck. El hooker pensó que quizás Steve Hansen podía tildarlo de ‘tonto’ pero entendía que su estilo de juego es de lucha y fricción.
En el entretiempo del partido ante Namibia, Coles estuvo encantado con la arenga de su entrenador que les inyectó motivación para renacer en el segundo tiempo.
El experimentado hooker reconoció que el equipo está en un 95% y tienen que estar a pleno si no quieren volverse a su país el lunes. “Es muy importante brindarnos al máximo esta semana sino queremos que nos pase como en Perth ya que nos vamos a volver a casa”, alertó.
Además, agregó: “Es un compromiso también individual más allá de lo colectivo, cada uno sabe dónde debe estar para que seamos un verdadero equipo. Estoy seguro que los muchachos van a hacer todo para llegar al máximo de sus energías para el sábado”.
Casi se retira
Padre de dos hijos, Coles nunca pensó que iba a estar en Japón cuando estuvo a punto de abandonar el rugby la primavera pasada harto de una nueva lesión tras haber sufrido una conmoción cerebral y una rotura del ligamento cruzado anterior.
Ahora se siente rejuvenecido y está tratando de reencontrarse con aquel jugador fantástico de la RWC 2015, y anhela volver a ser ese prototipo de hooker dedicado y sacrificado del Siglo XXI más allá de algunos errores cometidos. “Definitivamente no será fácil. Cuando te pones viejo la carrocería tarda más en acondicionarse, pero estoy con la misma motivación y entusiasmo que en el 2015”, confesó con una sonrisa el famoso jugador de Hurricanes.
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