El tremendo golpe de Sébastien Vahaamahina a Aaron Wainwright le costó carísimo a su seleccionado.
Va a ser difícil que Sébastien Vahaamahina se lo pueda perdonar. Y va a ser difícil también que lo comprendan sus compañeros y los hinchas franceses, que todavía mastican su bronca. En el choque contra Gales por los cuartos de final del Mundial de rugby de Japón, el segunda línea francés le aplicó a Aaron Wainwright un brutal codazo en el comienzo del segundo tiempo. La tarjeta roja no se hizo esperar y así Francia, que realizó un gran partido, vio mermadas sus posibilidades y dejó escapar la victoria sobre el final en un partido dramático.
Con inferioridad numérica, los franceses, que dominaban 19-10 al descanso, cedieron en el tramo final del partido tras un try del tercera línea galés Ross Moriarty en el minuto 74 que estableció el 20-19 definitivo.
Probablemente se hablará durante mucho tiempo en Francia de esa expulsión por una acción antirreglamentaria sobre Wainwright a los nueve minutos del segundo tiempo. De igual modo que Gales aún tiene presente la roja a su capitán Sam Warburton en el minuto 18 de la semifinal ganada por Francia en el Mundial de 2011 (9-8).
“Creo que el mejor equipo perdió hoy, pero esa tarjeta roja tuvo evidentemente su importancia. Lo que es formidable con nuestros chicos es que no abandonan nunca”, afirmó el seleccionador de Gales, Warren Gatland. “Francia jugó muy bien, pero no tuvo suerte. Mejoró mucho desde el último Torneo de las Seis Naciones”, añadió.
“No pongo en duda la expulsión, las imágenes son claras, hay un acto reflejo, creo que no lo ve pero el contacto con la cara existe”, reconoció por su parte el seleccionador galo, Jacques Brunel. Preguntado sobre el balance que realiza de la participación de Francia en Japón, Brunel respondió: “El resultado no es positivo, teníamos la ambición de llegar más lejos, de algún modo es un fracaso”.
“Era un maul, y desde el comienzo él me tenía agarrado del cuello”, comentó Wainwright, y agregó: “Yo estaba tratando de llamar la atención del árbitro sobre eso, y luego me dio el codazo. Me sorprendió un poco que el árbitro no lo viera desde el principio, pero afortunadamente el oficial de televisión lo levantó y se solucionó el problema”.
Francia tiene cuatro años por delante para reestructurar su equipo antes de la Copa del Mundo que organizará en 2023. De los 31 jugadores convocados para Japón el 2 de septiembre, sólo 16 formaban parte del equipo un año y medio antes. Hasta entonces, los ‘Bleus’ le darán vueltas una y otra vez a los cinco puntos (dos postes) que quedaron por el camino en el primer tiempo. Pero seguro que más aún a la roja a Vahaamahina.
Fuente: AFP
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