Sir Bill Beaumont ha prometido tener una revisión independiente de la gobernanza de World Rugby con la finalidad de permanecer como presidente.
El ex capitán de Inglaterra, ganador del Grand Slam, reaccionó rápidamente después de que el vicepresidente, Agustín Pichot anunciara que se presentaría para ocupar el rol de mandamás de la entidad madre del rugby mundial el fin de semana.
Beaumont había confirmado su candidatura a la reelección en enero con el presidente de la Federación Francesa de Rugby, Bernard Laporte, como su vicepresidente propuesto.
El hombre de 68 años ya había esbozado cinco compromisos claves del manifiesto: reforma de la gobernanza; reforzando las competencias internacionales con un enfoque fuera de las naciones tradicionales de rugby; fortalecer la sostenibilidad financiera, consultar a los actores para mejorar su bienestar; y desarrollando el juego femenino.
Ahora ha propuesto una “revisión de gobernanza de gran alcance dirigida por dos personas nombradas independientemente”. Prometió consultar a “todos los principales interesados en el rugby”, así como a expertos fuera del juego para ayudar a aportar nuevas ideas.
Sir Bill, quien fue elegido junto a Pichot en 2016, agregó: “Nuestro objetivo es tener una federación internacional más representativa y diversa que sirva mejor al juego, no una que se vea que solo apoya a la ‘vieja guardia’.
“Para que el rugby prospere, necesitamos que se convierta en un deporte global y se mueva más allá de sus territorios tradicionales”.
“Para lograr esto, necesitamos un calendario global coherente y significativo que apoye a los que están en la cima del juego y desarrolle a aquellos que aspiran a estar allí”.
“También debemos hacer que nuestro deporte sea más atractivo para todos los que juegan y miran, así como para las emisoras”.
Las promesas también incluyeron una revisión de las políticas financieras y cómo World Rugby financia el juego, argumentando que no debería “depender de aquellos que tradicionalmente respaldaron financieramente el juego”.
Las reglas de elegibilidad internacional también se revisarían para “ver cómo podemos apoyar la longevidad” de las carreras internacionales. Las reglas cambiarán el 31 de diciembre para garantizar que los jugadores deben ser residentes en un país durante cinco años en lugar de tres antes de que puedan cambiar de lealtad.
El ex presidente de RFU agregó: “El coronavirus es sin duda el mayor desafío que el rugby ha enfrentado en los últimos años. Para que el deporte emerja más fuerte de esta crisis, debemos trabajar juntos y ayudarnos mutuamente durante los tiempos difíciles”.
El ex capitán de Bristol y Argentina describió la crisis de salud como una oportunidad para el “realineamiento global” del juego.
El ex jugador del CASI de 45 años argumentó que era hora de que los ingresos comerciales y profesionales beneficiaran a todos y potenciaran el crecimiento global del rugby, “pasando del momento en que esos beneficios eran solo para unos pocos”.
La elección se realizará el próximo mes.