El rugby se juega en Irán hace más tiempo de lo que uno pudiera imaginar. Usando informalmente como preparación militar en los 1940s, el rugby no tuvo apoyo durante la revolución iraní en 1978-79.
Salvo por el medio scrum nacido en Teherán Aadel Kardooni, jugador de Leicester entre 1988-97, que jugó para Inglaterra A en 1992, hubo poca conexión entre el país y el rugby en las siguientes dos décadas.
Esto cambió cuando un grupo de estudiantes de Educación Física, liderados por su profesor Bijan Safaei, hijo de un ex jugador, comenzaron un renacimiento en la universidad de Asad, en 1996.
Según la Federación de Rugby de Irán (IRF), lo único que pudo conseguir Safaei para trabajar eran tres pelotas de rugby – dos de las cuales tenían entre 30 y 50 años de antigüedad – y una pelota de fútbol que con cinta adhesiva transformaron en una ovalada.
Esto no fue impedimento para generar interés y para el 2000, estaban los cimientos de lo que sería la IRF, inicialmente como un comité de la federación nacional de béisbol.
SIENDO MIEMBRO ASOCIADO
En 2007, Irán jugó su primer test-match, derrotando a Pakistán 32 a 3 en un torneo de Sri Lanka. Tres años después, el país se convirtió en miembro asociado de World Rugby.
El objetivo del IRF es convertirse en miembro pleno y su posición tiene el apoyo de un crecimiento que impresiona. Según datos de la federación, la cantidad de jugadores registrados en el país, creció un 20% , de 10 mil a 12 mil jugadores tan solo en 2019-20.
Según los datos de World Rugby en 2019, esa cantidad pondría a Irán a la par de Bélgica y por delante de equipos como Uruguay y Georgia, que participaron en Rugby World Cup 2019.
Más aún, siete mil de estos jugadores son mujeres. Nahid Biyarjomandi, quien fundó el primer club femenino en el país, es embajadora de la campaña ‘Try And Stop Us’ y su participación en esta ha tenido un impacto positivo en Irán, según cuenta el presidente de la IRF, Dr Hassan Mirza Aghabek.
“Que Nahid fuera elegida para este proyecto fue muy importante para todos los deportes en Irán,” le dijo a World Rugby.
“Nos hace muy felices y nos fuerza a apoyar más a las mujeres de Irán; ahora Nahid es muy famosa en el deporte femenino. Todo el mundo nos pregunta como conseguirlo y ella explica que trabajando duro.”
CRECIENDO EL DEPORTE
Desde que se convirtió en miembro asociado de World Rugby, el IRF ha implementado dos planes a cinco años. El primero se enfocó en el crecimiento de la cantidad de jugadores, primero a través del tag rugby, mientras que el segundo se encargó de identificar y preparar a entrenadores y referís locales.
Según Aghabek, cuando se unió a la federación en 2011, solo había unos pocos entrenadores y dirigentes iraníes. Hoy, con felicidad, cuenta que 300 compatriotas ya han sido acreditados en cursos de World Rugby.
“El tag rugby es seguro para las familias ya que no se asustan con la pxsibllidad de lesiones para niños y niñas,” explicó Aghabek. “De las 31 provincias en el país, se juega rugby en 29 de ellas. Esto es muy bueno.”
“Cuando llegué a la federación de rugby, en Irán solo había unos pocos entrenadores y referís – unos cinco o seis. Hoy tenemos muchos entrenadores y referís nacionales – más de 300 tiene certificados de World Rugby.”
“Trabajamos duro por esto, tenemos una cercana relación con el encargado de educación de Asia Rugby, Benjamin van Rooyen. Y Katie Sadleir, [Gerente General de Rugby Femenino de World Rugby] ha trabajado realmente duro por Irán. Con Nahid hemos trabajado muy cerca de ella y ella ha sido un enorme apoyo.”
World Rugby