El wing de Blues Caleb Clarke no ha renunciado a su sueño olímpico y aún puede regresar a la escena del Seven para representar a Nueva Zelanda en los próximos Juegos de Tokio.
Clarke, es un jugador muy solicitado después de hacer un gran avance en los All Blacks de manera sorprendente a través de la temporada abreviada durante el 2020, tras una temporada excepcional con los Blues en la edición inaugural del Super Rugby Aotearoa.
El jugador de 21 años se ha convertido en poco tiempo en uno de los pilares del equipo de Leon MacDonald’s Blues, que el próximo domingo se medirá con el líder del Súper Rugby Aotearoa, Crusaders. Con su mezcla fulminante de potencia y ritmo, se fue ganando la confianza del staff técnico de la franquicia de Auckland y los All Blacks, ganándose un lugar en la línea de backs. Pero también es un gran jugador de seven, con una clara apreciación del juego, tanto en el papel que ha jugado durante su desarrollo, como en las oportunidades que aún existen dentro del marco de juego reducido.
Justo en la cima están los Juegos Olímpicos de Tokio que continúan tentando a Clarke de por qué no, colgarse una medalla.
Clarke manifestó que aún no ha tomado una decisión sobre su disponibilidad o no para Tokio y cualquier programa de preparación que se requiera, pero admite que no ha dejado de lado sus ambiciones olímpicas solo por su éxito en el juego de XV.
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