Una prueba de fuego para forjar al temperamento de un equipo ganador.
El sábado 25 de febrero fue el turno del Regimiento N 14 de Paracaidistas donde más de 70 jugadores disfrutaron de un exigente día de entrenamiento.
La actividad fue planificada en detalle por Hugo Pablo Canale, secundado por el dúo de managers del plantel superior David Fortuna y Daniel López y el resto del equipo de la sub comisión de rugby.
A las 09:30 hs en punto estaba todo listo para el comienzo, los jugadores llegaban al predio y preparaban el equipo necesario para comenzar el entrenamiento.
HP Canale le dio la bienvenida al plantel, presentó al Teniente Nicolás Liguori quién generosamente hizo de anfitrión durante nuestra visita al Regimiento # 14 de Paracaidistas, comentó cuál sería el cronograma de trabajo y luego de unas palabras de Damián Rotondo, entrenador del plantel superior, comenzó la actividad.
Primero fue una entrada en calor y elongamiento. Paso seguido, en grupos de 6 jugadores los profesores Fernando Herrera y Eduardo Berrotarán explicaron el primer circuito, que incluía dominadas, flexiones de brazos, abdominales y piques cortos. Este trabajo se realizó debajo de una espectacular arboleda, junto a la pista de pentatlón.
Ya habían pasado 30 minutos, el sol cada vez se hacía sentir más fuerte y llegó el momento del reconocimiento de la pista de pentatlón. El Teniente Liguori hizó una descripción detallada de la técnica necesaria para sortear cada obstáculo y el plantel se preparó para comenzar con los circuitos planeados.
El esfuerzo que hizo cada jugador para terminar las cuatro calles del circuito fue titánico, parecía que sería un paseo por el predio de los paracaidistas, pero al juzgar por la cara de cada uno al pasar por el último obstáculo nos dimos cuenta que estábamos en el lugar indicado, nada mejor para templar la moral del grupo que un entrenamiento extremadamente exigente a desarrollar en equipo.
Luego de varias pasadas, se organizaron equipos para competir en una última vuelta. Cada equipo tenía pulseras de distintos colores y cuando Peny dio la orden comenzó la competencia. Luego de que pasara por la línea final el último de los equipos y se chequearan los tiempos, el equipo rosa fue quién barrió con el resto, sacando importantes segundos de diferencia, a pesar de lo cual nunca se perdió el espíritu de camaradería.
Terminado el trabajo en la pista de pentatlón, los jugadores alongaron y continuó en entrenamiento con el volumen aeróbico (trote de fondo). El grupo salió trotando por el cantero central de camino a La Calera, con dirección hacia el peaje.
Luego pasaron la casilla del peaje y comenzaron a bajar hacia el ingreso a Lomas de la Carolina, para doblar a la derecha y dirigirse hacia el predio de La Tablada en El Bosque.
En el ingreso a El Bosque, los jugadores eran esperados con abundante agua y gatorade para hidratarse y comenzar el camino de regreso.
Ya de regreso en el predio de paracaidistas el grupo elongó, se hizo la foto final y quedaron para el recuerdo el cansancio de José M. Martinez, la visita de los Fissore´s Children y la excelente relación con los amigos del Regimiento #14 de Paracaidistas.
Una agenda nutrida
El sábado será el primer amistoso del año, ante Estudiantes de Paraná. Ante el equipo de la capital entrerriana jugará el próximo sábado, en Jardín Espinosa.
Carrera de aventuras. El segundo fin de semana de marzo está previsto un entrenamiento a campo traviesa en las sierras.
Atlético del Rosario. El 18 de marzo recibirá a Plaza, el club rosarino que juega en la Urba.
Duendes. El siguiente sábado será el turno de otro equipo de Rosario.
Dos cuadrangulares. Luego, disputará un torneo en Tucumán y otro en Universitario de Córdoba. Las U de Tucumán y Rosario serán algunos de los rivales.
La supervivencia Puma
Salvando las distancias, cuenta Fernando Herrera que la idea de realizar la jornada de entrenamiento en el Regimiento 14 de Paracaidistas surgió de la experiencia de Los Pumas y sus tres días de supervivencia.
Fue en marzo de 2003, cuando 36 jugadores de Los Pumas realizaron una concentración en la Base Naval General Belgrano, en Bahía Blanca. Durante los tres días no vieron nunca una pelota de rugby. Por el contrario, para algunos fue una experiencia en el infierno.
El objetivo central era incrementar la capacidad de superación, tal como lo hacen otras selecciones de primer orden mundial como Nueva Zelanda e Inglaterra. También se evaluaban la condición de liderazgo y conducción grupal.
La supervivencia fue tremenda. El entrenador Marcelo Loffreda explicó entonces que la actividad descubriría a los líderes naturales del plantel, afianzaría el sentimiento de trabajo en grupo y reforzaría la mente para afrontar situaciones límites.
Fuente: www.cordobaathletic.com
Foto:www.cordobaathletic.com