Facundo Soler, ex jugador y entrenador del Tala Rugby Club y Los Pumitas con paso por el seleccionado argentino desde 1996 a 2001, conoce desde adentro lo que significan este tipo de decisión las cuales no son fáciles para un técnico.
Fue seleccionado en el seleccionado argentino conducido por el rosarino José Imhoff, por primera vez en junio de 1996 y debutó ante Uruguay, se consolidó como titular y tryman de la era Imhoff.
En 1999 el entrenador Alex Wyllie increíblemente lo dejó fuera de la lista para el Mundial de Gales a Jurado y Soler, ambos provincianos (Córdoba y Rosario), convocando a los jugadores de Buenos Aires Manuel Contepomi e Ignacio Corleto.
En total jugó 25 partidos con la camiseta celeste y blanca, marcó 90 puntos, productos de 18 tries; lo que lo ubica como uno de los máximos anotadores del seleccionado argentino.
Frente a la determinación de Mario Ledesma de dar un paso al costado y desvincularse de la conducción técnica de Los Pumas, el “Facha” Soler, expresó: “No sé si fue el momento para tomar para tomar una decisión así, pero sí que los ciclos se cumplen. Por ahí creo que tanto el “Bocha” (Ledesma) como Nicolás y Juan de la Cruz Fernández Miranda y su staff, entendió que ya no le llegaba al equipo, obviamente que los resultados tienen mucho que ver por qué si hubiesen ganado muchos más partidos, seguirían por más que estuviesen jugando mal”.
“Este staff hizo cosas históricas como ganarle a los All Blacks, Wallabies, Springboks, pero más allá de esto, se cumple un ciclo. Cuando no tenés llegada a los jugadores o a algunos jugadores que son fundamentales o el alma del grupo, es complicado, y sobre todo cuando uno no tiene resultados las redes sociales te empiezan a pegar por todos lados, entonces se hace muy complicado llevarlo”.
“¿Si fue el momento? Es mejor hacerlo un año y medio antes de un Mundial, que hacerlo unos meses antes, por que si esto continuaba y seguían sin tener resultados, tener que hacer el cambio de entrenadores a fin de año y ya con un nuevo grupo que se haga cargo a meses del comienzo del Mundial, no iba a tener tanto tiempo para trabajar”.
“Lo ideal es que los ciclos de un entrenador deberían ser de Mundial a Mundial con la finalidad de tener cuatro años para trabajar. Cuando se hace a la mitad de un ciclo, la primera parte se lleva adelante con cierta intensidad, después si vas a una Copa del Mundo es como que el equipo comienza a decaer; esto pasa en cualquier lado, a nivel club, nivel selección provincial y más en un seleccionado nacional donde tenés presiones de todos lados y muchas opiniones de pesos pesados por todos lados”.
Sobre cómo vive un plantel este tipo de decisiones a no mucho tiempo de jugar una Copa del Mundo, agregó: “Creo que han cambiado muchas cosas de cuando jugaba. Éramos todos amateur y hoy todos son profesionales. Los jugadores en el rugby actual son totalmente profesionales y se adaptan mucho más rápido a este tipo de cambios. Obviamente que les provoca un cimbronazo, pero a lo mejor estaban esperando un cambio en las formas de tratarlos, de hablarles, de conceptos, de un plan de juego, a lo mejor estaban esperando algo diferente”.
“Siempre esto repercute de manera fuerte, pero creo que ahora que son todos profesionales si lo comparas con nuestra época, era mejor antes porque al ser amateur, provocaba un cierto ruido”.
“Cuando me tocó quedarme fuera del Mundial en 1999 junto a Ezequiel Jurado (Bruja), Pablo Camerlinckx y yo, fue un cimbronazo para nosotros y quizás para lo que ya estaban enfocados en el Mundial no les afectó. La realidad es que los tiempos cambian y todos se adaptan a lo nuevo”.
Frente al posible suceso de Ledesma, el ex Dogo, Puma y Tala, manifestó: “Hay muchos entrenadores de nivel. Gonzalo Quesada con presente en Stade Français, seguramente tiene un contrato por varios años y habría que analizar si rescinde ese vínculo y viene a Los Pumas. Habría que proponérselo. Después también están los hermanos Fernández Lobbe (Ignacio y Juan Martín), no hay muchos nombres, pero hay varios con capacidad y creería que el que cuenta con más posibilidad sería Quesada”.
Por Martín Quetglas
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