Los galos comenzaron la cuenta regresiva para su Copa del Mundo en 2023. “Este Mundial va a ser un evento inolvidable”, dijo Gabriel Atcher, CEO del torneo. Mientras tanto en la madre patria aguardan por el fallo de World Rugby sobre la elegibilidad de un jugador sudafricano en Los Leones.
Francia 2023 derribó la barrera de los 500 días, y de esa manera comenzó la cuenta regresiva para la próxima Copa del Mundo de Rugby a realizarse en el país galo, en el que están trabajando –contra reloj- y con gran optimismo. Pero por otro lado, en su vecino España esperan por la peor de las noticias: World Rugby fallaría en contra de Los Leones por la queja presentada por Rumania sobre la inclusión indebida del sudafricano Gavin van der Berg.
En Francia, en cambio, están todos de para bien, Les Blues concretó en 2022 el sueño de muchos años, romper la maldición en el Seis Naciones, tras doce años sin poder conquistar el título continental, su performance fue contundente y además de ser campeón se llevó el Grand Slam –campeón invicto. Hecho que sumado al triunfo en París sobre los All Blacks en noviembre de 2021 hace que en toda Francia sueñen a lo grande para el Mundial en 2023, que será la segunda vez que lo organicen y buscan tener mejor suerte que en 2007.
“Este Mundial, todos lo tenemos en mente. Todo el mundo habla de eso a nuestro alrededor e incluso entre nosotros, también hablamos de eso”, admitió el capitán de los Blues, Antoine Dupont, y hoy por hoy el mejor jugador del mundo.
“Nos comunicaremos directamente con nuestra afición y el público en general para transmitir el mensaje: este Mundial va a ser un evento inolvidable. Memorable. Lo mejor está por venir. Debemos hacer todo lo posible para que, durante 51 días, los franceses, los visitantes extranjeros, los jugadores y todos los participantes puedan disfrutar de este momento. Sobre todo, que lo recuerden toda la vida”, expresó Gabriel Atcher director de la Copa del Mundo 2023 a RugbyRama desde su oficina en el Comité Organizador.
En España esperan lo peor
España obtuvo la clasificación para Francia 2023 propia de una película de Hollywood, comenzó con derrotas en la Eliminatoria y luego empezó la levantada hasta llegar a depender de sí misma para lograr el pase, que se terminó concretando con los triunfos claves sobre Rumania y Portugal.
Pero al finalizar la clasificación Rumania, que quedó en el tercer lugar y deberá jugar el repechaje, realizó una queja sobre la inclusión del sudafricano Gavin van der Berg en los partidos frente a los Países Bajos. La regla de elegibilidad hasta el 31 de diciembre de 2021, establecía que para poder ser parte de un seleccionado que no fuera el país de nacimiento, se debía tener tres años continuados de residencia en el país a representar. Van der Berg arribó en 2018 a España, y jugó dos partidos en diciembre de 2021, supuestamente estaba habilitado para vestir la camiseta de Los Leones, es más se lo citó para esos partidos, sólo para ya tenerlo bajo la tutela de la Federación Española, porque si no se lo citaba antes del cerrar el 2021, corría la nueva regla y su presencia para formar parte de la Roja se iba a dificultar.
Supuestamente entre mayo y septiembre de 2019, el jugador estuvo fuera de España más tiempo del permitido que son 60 días.
Desde la FER aguadan el veredicto de la comisión que creo World Rugby pero esperan lo peor, es más la dirigencia española habría acusado al club Alcobendas de falsificador la documentación del jugador, y con esa maniobra desligarse para lograr un fallo favorable.
Lo peor de toda la situación es que España se quedó afuera de Japón 2019 por el mismo motivo que hoy su lugar –legítimamente ganado- está cuestionado y peligra.
El jueves se conocerá la decisión que tomó World Rugby, sin dudas pase lo que pase, en España, tienen que hacer una fuerte autocritica, empezar a ser más profesionales, e invertir más en jugadores nacionales que en extranjeros.
Por Lisandro Olearo
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