El “Verdinegro” le ganó 16-14 a Jockey de Córdoba en una final muy apasionante, que lo tuvo como protagonista a pesar de haber jugado casi todo el partido en inferioridad numérica.
Si jugar un Veco Villegas ya es un privilegio en sí mismo, ganarlo es una sensación difícil de poner en palabras. Al menos, así lo certifican quienes alguna vez han conquistado el torneo juvenil más importante del país. Y en esa cuestión, el que más sabe es Tucumán Rugby, no solo por ser el anfitrión sino porque el que más veces lo ha ganado. Cuatro después de su séptima conquista, el “Verdinegro” volvió a brindar con la Copa de Oro, en esta oportunidad bautizada “Julio Paz” en homenaje a una de las grandes figuras históricas del club de Yerba Buena.
Lo mejor de todo es que lo hizo poniendo el corazón, el cuerpo y la cabeza para imponerse en una final que mereció de punta a punta a pesar de haber jugado 37 de los 40 minutos con un jugador menos. Una acción desafortunada al comienzo del encuentro derivó en la expulsión del medio scrum Bautista Campo, por lo que el “Verdinegro” debió hacerse fuerte para sobreponerse a esa desventaja. Y lo hizo con mucho coraje, peleando cada pelota y forzando al rival a cometer errores. Justamente, de un line robado llegó el primer try, firmado por Gonzalo Nougués y convertido por Santiago Gentile.
Y aunque poco después los cordobeses alcanzaron la igualdad por medio de un maul que abrió el camino a la conquista de Felipe Julián y la conversión de Felipe Peláez, los locales nunca resignaron el protagonismo y continuaron exigiendo a la defensa visitante con unos forwards que embistieron lo que se les puso enfrente. Y cuando hubo que desactivar algún contraataque de Jockey, nadie mezquinó los hombros.
El complemento mostró a Tucumán Rugby siempre tomando la iniciativa, comandado por el centro Pedro Cabrera. Un gran drop de Gentile al comenzar la etapa estiró la ventaja, que luego se amplió con otro penal del 10. Hasta ahí, parecía que no había oportunidad para los de La Docta, pero una amarilla a Facundo García Hamilton dejó a los locales defendiendo con dos jugadores menos en los últimos minutos. Y ahí Jockey se subió otra vez al maul y facturó, esta vez por medio de Santiago Pronyk y la conversión de Peláez.
Esos últimos minutos, fueron pura entrega e inteligencia para cuidar la pelota. Y hasta tuvo chance Tucumán Rugby de definirlo con un penal sobre el final, pero aunque esta vez no entró el intento de Gentile, ya no importaba: el destino del “Verdinegro” estaba en la pileta.
En la ceremonia de premiación, Nicolás López González (centro de Tucumán Rugby) fue elegido Mejor Jugador del Torneo.
Por Federico Espósito (Diario La Gaceta)
Créditos: Diario La Gaceta