El técnico de la selección argentina de fútbol, Diego Maradona, gritó como loco un gol, saludó emocionado a su nieto y sufrió en la ajustada victoria 1-0 ante Nigeria por el Mundial, en un partido disputado en la catedral del rugby sudafricano.
Argentina venció el sábado a Nigeria en el estadio Ellis Park de Johannesburgo con un gol del defensor Gabriel Heinze en su debut por el Grupo B de la Copa del Mundo.
Pero también para Maradona tuvo un sabor especial el partido contra Nigeria, el mismo rival que enfrentó en su última actuación como futbolista en 1994, cuando fue expulsado del Mundial de Estados Unidos por dar positivo un control antidopaje.
Ellis Park tiene una historia imborrable para Sudáfrica, por triunfos emocionantes como el 15-12 de la selección local de rugby sobre Nueva Zelanda en la final del Mundial de rugby de 1995; y por la tragedia de comienzos de 2001, cuando 40 hinchas murieron en una avalancha para ver un encuentro de fútbol.
Inaugurado en 1928, fue demolido y reconstruido en 1982 y tiene capacidad para 60.000 personas.
El sábado, Maradona comenzó su historia como entrenador de Argentina en un Mundial en Ellis Park, y el escenario también pasaría a ser inolvidable para él si su equipo se corona campeón en poco menos de un mes.
Esto podría pasar si Lionel Messi repite las actuaciones que el “10” mostró hace 24 años en el estadio Azteca de México, algo que pareció comenzar a hacer el sábado.
MUCHAS EMOCIONES
Maradona llegó al estadio casi dos horas antes del comienzo del partido, y su salida al campo de juego provocó la locura de sus hinchas y una demostración de cariño y admiración de los jugadores nigerianos, que en varios casos corrieron muchos metros para saludarlo y abrazarlo.
Después se acercó a lanzarle besos a su hija Giannina y su nieto Benjamín, siempre rodeado por el asedio incesante de fotógrafos y periodistas.
“Fue un partido emocionante, ganamos (…) mi hija y mi nieto me tiraban besos”, dijo Maradona tras el partido.
Al inicio del encuentro salió vestido de traje, cumpliendo el deseo de sus hijas y de los hinchas argentinos al dejar atrás su clásica ropa deportiva.
Maradona, campeón mundial como jugador en el Mundial 1986, tomó las riendas de la selección albiceleste en el 2008 y utilizó ropa deportiva azul y celeste durante la última parte de su sufrida eliminatoria sudamericana.
Cuando consiguió el pasaporte al Mundial, un grupo de hinchas comenzó una campaña para que abandonara la informalidad por una vestimenta acorde a su condición de técnico.
“Sí, Dalma y Giannina me pidieron que me pusiera un traje en el Mundial (…) puede ser”, había dicho Maradona cuando lo consultaron sobre su vestimenta en el torneo.
MAGIA INTACTA
Pero más allá de su vestimenta, el sábado Maradona volvió a dejar en claro que con cualquier ropa hace magia con el balón.
La televisión mostró varias tomas en las que la pelota, a veces maltratada en el encuentro, llegaba a los pies de Maradona, quien siempre la devolvió a sus jugadores o a los rivales con un toque suave de zurda, como hizo durante su carrera de futbolista, pese a que calzaba unos lustrosos zapatos de vestir negros.
Maradona pareció poner en sus hombros buena parte de las presiones del equipo, para descomprimir a sus jugadores.
“Diego dijo que estemos tranquilos. Creo que le hemos cumplido”, dijo tras el partido el delantero Gonzalo Higuaín, quien integró junto a Messi y Carlos Tevez el tridente de ataque de la “albiceleste”.
En la rueda de prensa tras el partido se mostró relajado mientras comía una manzana, aunque fue áspero con un periodista argentino, y dejó en claro que no va a ser fácil ganarle a su equipo, ya que él le inculcará un concepto clave: “Nunca le tuve miedo a nadie, a menos que se pongan máscaras”, destacó.
“En el fútbol no existe el miedo, y el que lo tenga que se quede en su casa”, remarcó.
Reuters
El capitán del equipo, Julián Montoya, se mostró autocrítico sobre algunas cuestiones del encuentro, pero a la vez rescató los aspectos positivos de Los Pumas, tanto en el...
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