La histórica derrota de Australia por 40 a 6 contra Gales marcó el comienzo de una época de cambio. Aunque los Wallabies todavía no están eliminados del Mundial de Francia 2023, es una realidad que Fiji tiene que perder contra Georgia o Portugal para darle vida al conjunto amarillo. En un deporte como el rugby donde los batacazos son raros de ver, en Oceanía ya consideran que tienen frente a sus ojos la primera plantilla australiana en quedar afuera en la fase de grupos de la máxima cita.
A la hora de buscar responsables y explicaciones sobre este catastrófico momento del una de las potencias del hemisferio sur, es imposible no analizar la polémica desde la figura del entrenador. Hace ocho meses la dirigencia de Australia decidió echar al técnico Dave Rennie para darle el puesto al experimentado Eddie Jones. Pero lo que parecía ser un cambio de último momento con la intención de competir por el tercer campeonato del mundo terminó siendo un salto al vacío sin precedentes.
El coach de 63 años firmó un vínculo hasta el Mundial 2027 pero todo indica que está lejos de cumplir lo que él mismo aceptó. Según informaron los medios The Herald y The Age, Jones mantuvo una entrevista en secreto con la Unión Japonesa de Rugby vía Zoom el pasado 25 de agosto para asumir como entrenador cuando el ciclo de Jamie Joseph termine luego de la actual edición del certamen. Lo que profundiza la polémica es que la misma se realizó en territorio francés a pocos días del debut frente a Georgia y que además tendría acordada una segunda reunión presencial con los oficiales nipones antes del duelo entre los Wallabies y Portugal.
Eddie, que ya dirigió a los Cherry Blossoms desde 2012 a 2015, eludió las preguntas sobre el tema cuando lo abordaron los periodistas después de la histórica caída con Gales. “¿Tuviste una reunión con Japón antes de la Copa del Mundo? Si eso fue así, ¿cuál es tu idea?”, preguntó uno de los presentes en la sala de prensa.
“No sé de qué me estás hablando”, fue la seca respuesta del coach. “¿Podés darle a los fans la seguridad de que no vas a dirigir a Japón el año que viene?”, consultó otro emisario. “Estoy comprometido con Australia”, repitió Jones.
Los portales australianos agregaron que Jones es uno de los tres candidatos restantes en la búsqueda de Japón y su buena relación con el presidente Masato Tsuchida es un punto a favor que lo puede impulsar hacia el puesto.
“El objetivo principal es asegurar que los Brave Blossoms sean exitosos en el escenario internacional en los próximos cuatro años”, recitó la oferta laboral que cerró el pasado 18 de agosto. Los nipones tiene entre ceja y ceja volver a recibir una Copa del Mundo como en 2019 y, eventualmente, ganarla dentro de los próximos 16 años.
Los aires de confianza con los que Eddie Jones aterrizó en Francia se esfumaron después de la primera derrota con Fiji en 69 años seguida con la caída abultada frente a Gales que lo dejó con un pie y medio en el aeropuerto rumbo a Australia.
Las lágrimas de los jugadores en el césped del OL Stadium de Lyon, los fanáticos retirándose antes de tiempo en la tribuna luego de abuchear al equipo y las manos en el rostro del coach en señal de frustración son algunas de las señales de una relación rota que estaría a poco tiempo de sumar un nuevo triste capítulo.
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