En la primera mitad del partido disputado en el Stade de France, el capitán de los All Blacks, Sam Cane, golpeó con el hombro la cabeza de Jesse Kriel.
Inicialmente, el árbitro Wayne Barnes envió a Cane al sin-bin, pero luego de revisarlo a través del sistema de bunker, el castigo se actualizó a una tarjeta roja.
La idea de la tarjeta roja de 20 minutos se originó como una prueba durante la competencia de Super Rugby, con la intención de lograr un equilibrio entre la disciplina de los jugadores y garantizar que los equipos no se vean excesivamente perjudicados por una tarjeta roja temprana.
Durante el ensayo, un jugador que recibiera una tarjeta roja por juego sucio podría ser reemplazado temporalmente por un suplente después de pasar 20 minutos fuera del campo. Esta sustitución táctica tenía como objetivo encontrar un punto intermedio entre mantener un partido competitivo y sancionar las infracciones graves de las reglas del juego.
A pesar de generar un interés y un debate significativos durante el juicio, finalmente no se extendió a la Copa Mundial de Rugby.
Un aficionado escribió: “Es necesario que el sur innove y aplique la tarjeta roja a los 20 minutos. De esa manera, una decisión como esta no arruinará todo el partido”.
Un segundo comentó: “La tarjeta roja debería durar 20 minutos”.
Otro dijo: “Otra opción de tarjeta roja sería que el jugador quede fuera durante 20 minutos y luego pueda entrar un jugador de reemplazo. Es mejor para el juego y el infractor sigue suspendido, etc.”.
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