Habría una reunión en Europa con los jugadores para llegar a un acuerdo y en post de una conciliación.
La posición de la Unión Argentina de Rugby (UAR) no parece la más cómoda en el conflicto institucional que en las últimas horas provocó la renuncia a los Pumas de 53 jugadores, que en lo inmediato pone en riesgo los tests con Gales y Nueva Zelanda, previstos para el 11, con Gales, y el 17 de junio, con los All Blacks.
La UAR insistió ayer, a través de un comunicado, en que respalda a Ricardo Handley, manager de los seleccionados mayores, que sigue en sus gestiones de conciliación, y no sería extraño que se concretara un viaje a Europa para una charla con los jugadores más representativos .
Mientras tanto, se alzaron otras voces. Jorge Cafasso, presidente de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), le aclaró a LA NACION que se retiró de la asamblea de la UAR en desacuerdo con las expresiones de Alejandro Risler, presidente de la entidad, que puso en duda las palabras del representante de los clubes de Buenos Aires. “Nosotros tenemos el mandato de todos los clubes de Buenos Aires para actuar como mediadores en el conflicto con Sportfive y Risler nos desautorizó. Por eso me retiré de la asamblea.”
En cuanto al conflicto global, la UAR, que mantiene con Sporfive una relación comercial -pues es oficialmente su agente-, y la consecuente reacción de los jugadores, con sus renuncias, Cafasso advirtió sobre una probable y dolorosa escisión en el rugby nacional que derrumbará muchos esfuerzos históricos, “con administraciones lamentables en los últimos años”, según dijo.
Se supo que los jugadores, mayoritariamente en Europa, una vez fijada su posición con la masiva renuncia, no dieron señales de conciliación en la medida en que las autoridades de la UAR “no acerquen soluciones concretas”, según anticipó uno de los rugbiers. Anoche se insistía en el viaje de un dirigente a Europa con la idea de una charla con el grupo más representativo de los jugadores en disidencia con la UAR.
Fuente: Diario La Nación