Ellis Genge tiene a Australia en la mente y a Bristol en el corazón. Está a punto de enfrentarse a los Wallabies, pero antes hay algo que quiere que el mundo sepa.
Se relaciona con su hogar, la comunidad que lo formó, el lugar donde mientras crecía se encontró con demasiada frecuencia en problemas.
“El rugby me salvó”
“¿Lo peor de todo? Elige lo que quieras”, dice el chico de una urbanización que se convirtió en capitán de la selección de rugby de Inglaterra. “Me arrestaron varias veces, me expulsaron de la escuela, lo que sea”.
“El rugby me salvó. Me salvó de ir a prisión. Me salvó de tirar mi vida a la basura, en realidad”.
Genge abre su corazón tres días antes de partir contra un país dos veces campeón del mundo porque reconoce que ahora es el momento de ayudar a los demás, tal como otros lo ayudaron a él cuando más lo necesitaba.
“Ganar es lo más importante, esa es la naturaleza de lo que hacemos”, afirma. “Pero también hay que tener en cuenta que en el mundo están sucediendo cosas más importantes que un partido de rugby”.
Así, hoy, este joven de 29 años lanza una fundación que lleva su nombre y cuyo objetivo principal es abordar los desafíos que enfrentan muchos jóvenes en Bristol, su ciudad: oportunidades limitadas, el atractivo del crimen y la desigualdad social.
Ha pasado un tiempo desde que se creó. En 2022, se reunió con Marvin Rees, entonces alcalde de Bristol, que proviene de un barrio similar. Hablaron sobre el sistema de exclusión en la educación de la ciudad y el potencial de incorporar el rugby para ayudar a fomentar la disciplina, la amistad, la cohesión y el liderazgo.
Dos años después, Genge está en condiciones de hacer algo significativo al respecto. El Fondo Genge se dedica a brindar igualdad de oportunidades a los niños en el deporte y la educación. Eso sí, tiene que pellizcarse para creer que lo está haciendo.
“Nunca aspiré a hacer algo así, ni siquiera podría haberlo soñado”, dice, recordando una época en la que, parafraseando una confesión de su pasado, “solía hacer algunas cosas de las que probablemente nunca hablaré”.
Eso, sostiene, lo coloca en una posición única para comprender los desafíos que enfrentan los jóvenes de Bristol hoy y le da tanto la visión como el deseo de ayudar a trazar un camino para que salgan de las dificultades.
“Sé que puedo identificarme con estos niños porque soy un ejemplo vivo de lo que están viviendo”, dice Genge. “Lo he vivido, me han excluido, conozco sus experiencias”.
“El otro día fui al Club de Jóvenes y me sentí abrumada por la forma en que los chicos se relacionaban conmigo. Las historias, escuchar lo que estaban viviendo, simplemente hablar conmigo y contarme lo que habían estado haciendo últimamente. Pensé: ‘Joder, soy literalmente yo’”.
I’m incredibly proud to launch The Genge Fund, dedicated to empowering underprivileged children in Bristol by opening doors to sports and educational opportunities.
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— Gengey (@EllisGenge) November 6, 2024
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