Nigel Owens, uno de los árbitros más emblemáticos del rugby mundial, expresó su preocupación por el protagonismo cada vez mayor que tiene el TMO (Television Match Official) en el juego actual. El galés, retirado desde 2019, apuntó contra lo que considera un uso desmedido de la tecnología, que –según él– interfiere en el ritmo y la esencia del deporte.
“El TMO debería limitarse a las jugadas en la línea del ingoal. Así antes funcionaba perfectamente”, remarcó Owens, al tiempo que respaldó los dichos de Stuart Barnes, exjugador y actual comentarista: “Si nos detenemos a comprobar cada posible infracción, golpe, etc., tenemos un evento de tres horas, pero no tenemos rugby. Los pequeños errores son parte del juego. La búsqueda de la perfección mata al rugby”.
El uso del TMO fue ampliado en 2012 por World Rugby (entonces IRB), permitiendo que se utilizara no solo para validar tries, sino también para revisar acciones previas dentro del campo de juego y situaciones de juego sucio. Desde entonces, las intervenciones tecnológicas han crecido notablemente, al punto de modificar el desarrollo de muchos partidos.
Owens, quien debutó como árbitro internacional en 2005 y fue el primero en dirigir 100 tests match, considera que esta evolución técnica, lejos de colaborar con el espectáculo, ralentiza el juego y desnaturaliza la toma de decisiones de los jueces en cancha.
El galés es una voz respetada dentro del arbitraje mundial. Durante su carrera dirigió en los torneos más importantes del planeta, incluidos Mundiales, partidos del United Rugby Championship y Champions Cup, acumulando más de 150 partidos de alto nivel. Su opinión, como siempre, no pasa desapercibida.