Con una victoria global de 2-1 sobre los Wallabies, el equipo de Andy Farrell se lleva una serie exitosa, a pesar de que el ansiado Grand Slam se les escapó en el último suspiro. Desde la notable influencia irlandesa en el plantel, la confirmación de grandes talentos, algunas decepciones y las tradicionales controversias, es momento de hacer un balance completo.
La serie comenzó con un prometedor triunfo de los Lions en Brisbane (27-19), lo que parecía augurar un dominio absoluto. Sin embargo, el segundo Test en Melbourne se inscribió en la historia como una remontada memorable: perdiendo por 18 puntos, los Lions forjaron una épica victoria de 29-26, con un try decisivo de Hugo Keenan en el último minuto. Este triunfo les permitió asegurar la serie de manera anticipada por primera vez desde 1997.
A pesar de esto, aquel partido, al igual que el tercer y último encuentro en Sídney, fue ampliamente dominado en el juego por los Wallabies. Bajo una lluvia torrencial, Australia se llevó el último choque 22-12, dejando una buena imagen y evitando una “barrida”. En retrospectiva, los Lions demostraron solidez y experiencia, aunque también cierta fatiga al final de la gira.
La impronta de Irlanda en este tour fue innegable: 12 jugadores irlandeses disputaron al menos un partido, con seis de ellos siendo titulares en los tres Tests, reflejando el estilo de juego impuesto por el cuerpo técnico de Andy Farrell.
El tour de los Lions sirvió para confirmar el nivel de varios jugadores:
Finn Russell (Escocia): El apertura escocés deslumbró con su creatividad y visión de juego. Su precisión y habilidad para alternar entre pases mágicos y posesión territorial los cuales fueron decisivos.
Tadhg Beirne (Irlanda): Elegido el mejor jugador de la serie, Beirne fue omnipresente en los rucks y acarreos. Sus cruciales recuperaciones de pelota y su lectura del juego inclinaron la balanza a favor del equipo británico, anotando incluso un try clave en el segundo Test.
Tom Curry (Inglaterra): Con dos tries en los primeros Tests y un impacto físico impresionante, el ala inglés justificó su titularidad. Su actividad constante y tackles precisos lo hicieron una “máquina”, según Andy Farrell.
Dan Sheehan (Irlanda): Titular en los tres Tests, el hooker irlandés se consolidó como uno de los mejores del mundo, destacando por su solidez en el scrum, actividad en el juego terrestre y precisión en el line-out, además de sus dos tries.
Maro Itoje (Inglaterra): Tras la retirada de Alun Wyn Jones, Itoje asumió plenamente el rol de capitán, mostrando autoridad en el line-out y precisión en los placajes, a pesar de una conmoción en el último partido.
Las decepciones del Tour
Bundee Aki (Irlanda): Demasiado Ausente. Excelente en el primer Test, pero superado y con errores en el tercero. Su impacto físico fue intermitente.
James Lowe (Irlanda): El wing irlandés fue menos influyente de lo habitual, incómodo en el juego aéreo y sin ser decisivo en ataque.
Tommy Freeman (Inglaterra), Garry Ringrose (Irlanda), Josh van der Flier (Irlanda): Freeman tuvo un bajo impacto. Ringrose no pudo jugar por conmoción. La ausencia de Van der Flier en el tercer Test, cuando la serie ya estaba ganada, sugirió una caída en la jerarquía.
La controversia sobre si Australia debería ser excluida de la rotación de giras de los Lions ha sido tema de debate. Si bien los Lions suelen tener más éxito en suelo australiano que en Sudáfrica o Nueva Zelanda, romper con la tradición no parece ser la respuesta. La gira de 2025 generó más de 50 millones de euros para Rugby Australia, y con la Copa Mundial de 2027 en el horizonte, el rugby australiano vive un verdadero renacimiento. El nivel de juego de los Wallabies en los dos últimos Tests demostró que aún tienen mucho que ofrecer.
Andy Farrell lo resumió: “Sería trágico si no volviéramos. Nos encantó esta gira. Cada equipo tiene sus altibajos, pero Australia, como nación deportiva, siempre volverá”.
La próxima aventura de los Lions será en Nueva Zelanda en 2029. ¿Y por qué no en Francia algún día? La gira de 2025 demostró que, a pesar de ser dominados en promedio, la solidez y experiencia de los Lions marcaron la diferencia. Australia, una gran nación de rugby y bicampeona del mundo, tiene el potencial de recuperar su nivel. Las primeras respuestas sobre su resurgimiento llegarán en dos semanas con el inicio del Rugby Championship.
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Créditos: @lionsofficial