Con el regreso de figuras como Richie Mo’unga y Leicester Fainga’anuku, la rigurosa política de elegibilidad de New Zealand Rugby (NZR) vuelve a ser tema de debate. Scott Robertson, el entrenador de los All Blacks, se refirió a las condiciones que podrían permitir una exención, mientras el futuro del mariscal de campo neozelandés se mantiene en vilo.
La política de elegibilidad de New Zealand Rugby (NZR), diseñada para proteger y retener el talento de los All Blacks a largo plazo, ha vuelto a ser el foco de atención del rugby mundial. Las recientes declaraciones del entrenador Scott Robertson y el anuncio del regreso de Richie Mo’unga han puesto nuevamente sobre la mesa las estrictas reglas que rigen la selección del equipo nacional.
El Caso Mo’unga: ¿Se le dará una exención?
Richie Mo’unga, el talentoso apertura de los Crusaders, ha firmado un contrato de 18 meses para regresar al país a partir de julio de 2026, tras su paso por el rugby japonés. Sin embargo, su vuelta no será sencilla. Según el comunicado de NZR, Mo’unga no sería elegible para la selección de los All Blacks hasta octubre de 2026, lo que significa que se perdería la gira por Sudáfrica, a menos que se le otorgue una exención.
Aquí es donde entra en juego la enigmática política de elegibilidad. El propio Scott Robertson ha mencionado que existen siete pautas que, si se cumplen, podrían conceder una excepción a un jugador no elegible. Aunque NZR planea hacer pública la política el próximo año, ya se especula sobre cómo Robertson podría usar estos puntos para asegurar que su “mariscal de campo” regrese al equipo antes de lo previsto.
¿Cuáles son los siete puntos?
Aunque no han sido revelados de forma oficial, un portavoz de NZR ha adelantado a la prensa que las pautas clave que la comisión directiva toma en cuenta incluyen:
- La duración del contrato del jugador.
- La antigüedad del jugador en la NZR.
- El historial de dónde han jugado.
- Si son parte del equipo de liderazgo (ej. Ardie Savea, Beauden y Jordie Barrett).
- Las lesiones dentro del plantel, un factor que ya concedió una exención a Matt Todd en 2018 para cubrir las bajas de Sam Cane y Liam Squire.
El camino más probable para que Mo’unga regrese antes de octubre sería una lesión de los aperturas Beauden Barrett o Damian McKenzie. Sin embargo, no hay garantías, ya que el proceso es estrictamente caso por caso y la junta podría decidir no otorgar la exención incluso si se cumplen varias de las pautas.
Fainga’anuku y el mensaje de NZR
Otro jugador en esta situación es Leicester Fainga’anuku, quien regresó de Toulon después de dos temporadas. A diferencia de Mo’unga, Fainga’anuku es un jugador joven y con solo siete tests con los All Blacks, lo que le da un perfil diferente. NZR quiere evitar que jugadores jóvenes busquen contratos millonarios en el extranjero para luego regresar al seleccionado sin pasar por un período de reincorporación al sistema neozelandés.
¿Funciona el sistema?
La política de NZR está diseñada para mantener a los All Blacks comprometidos con el rugby local a largo plazo. A pesar de los recursos limitados en comparación con otras potencias europeas, la política ha sido exitosa. Un portavoz de NZR afirmó que actualmente hay alrededor de 30 All Blacks con contratos hasta 2027-2029, y Robertson elogió la “retención continua de jugadores” al discutir el regreso de Mo’unga.
Jugadores como Damian McKenzie, quien se tomó un año sabático en Japón y tuvo que jugar una temporada completa con Waikato en el NPC a su regreso, son el ejemplo del compromiso que la política busca fomentar. Con figuras como McKenzie, Jordie Barrett y Anton Lienert-Brown firmados a largo plazo, el futuro de los All Blacks parece asegurado.
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