La semana pasada, el presidente de SA Rugby, Mark Alexander, confirmó que se mantienen conversaciones con New Zealand Rugby para que los Māori All Blacks visiten Sudáfrica en 2026, una gira que coincidiría con el pedido oficial de disculpas.
Durante décadas, los jugadores maoríes y pasifika fueron excluidos de las giras de los All Blacks a Sudáfrica, como ocurrió en 1949 y 1960. En 1970 y 1976, Williams —de ascendencia samoana— junto con Sid Going y Billy Bush recibieron el controvertido estatus de “blancos honorarios” para poder disputar partidos en suelo sudafricano.
En la presentación del libro Scrumming Against All Odds, que reconoce a los jugadores no blancos de Saru marginados de representar a su país, Alexander destacó:
“A los All Blacks maoríes se les negó el derecho a viajar a Sudáfrica durante décadas, simplemente por no ser blancos. Esa exclusión fue una mancha en nuestra historia y hace tiempo que deberíamos haberla enfrentado con humildad y remordimiento”.
Williams, considerado una leyenda del rugby en la era amateur, afirmó que una disculpa tendría un gran valor simbólico:
“Pienso en George Nepia en 1928, Johnny Smith en 1949 y otros jugadores maoríes que fueron privados de la oportunidad de jugar en Sudáfrica. Para sus whanau [familias], esto será muy significativo”.
El ex wing también recordó el vínculo con las comunidades negras y de color durante el apartheid, quienes veían a los All Blacks como sus representantes en oposición a un seleccionado sudafricano totalmente blanco:
“Nos convertimos en sus chicos. Supongo que nos veían como representantes de las llamadas razas de color. Realmente me impactó lo que significaba el apartheid: desgarrar a la gente”.
Un gesto histórico en camino
La eventual gira de los Māori All Blacks a Sudáfrica en 2026 marcaría un hecho histórico no solo en lo deportivo, sino también en lo social, cerrando una herida que lleva más de medio siglo en la memoria del rugby internacional.