Según De Villiers, el envejecimiento del equipo y las rotaciones impulsadas por Rassie Erasmus tras la Copa del Mundo 2023 podrían generar tensiones internas si no se manejan con cuidado.
Desde el título mundial en 2023, Erasmus ha apostado por una renovación progresiva, incorporando a jóvenes talentos para asegurar el futuro de los Springboks. Muchos jugadores campeones tienen más de 30 años y están llegando al final de sus carreras. El objetivo es mantener un balance entre experiencia y juventud de cara a la Copa del Mundo 2027 en Australia.
De Villiers señaló en el podcast Good, Bad and Rugby que los jugadores veteranos siguen siendo clave: “Es fantástico tener ese tipo de jugadores a los que sabes que puedes recurrir y que aportan algo diferente en términos de estrategia.”
Sin embargo, advirtió sobre un riesgo latente: cuando los jugadores acostumbrados a ser titulares pasan a tener roles secundarios, esto podría afectar la cultura del equipo.
“Has sido el jugador principal, pero ahora ya no lo eres, y eso puede generar un poco de fricción porque los jóvenes están destacando.”
A pesar de sus preocupaciones, De Villiers no detecta señales de conflicto por ahora: “Estamos en una posición extremadamente afortunada con la cantidad de jugadores que tenemos, y no he visto nada que indique que los veteranos no estén contribuyendo al éxito del equipo dentro y fuera del campo.”
Históricamente, los Springboks han contado con la colaboración de sus jugadores más experimentados para guiar a los jóvenes. De Villiers advierte que este equilibrio debe cuidarse, ya que un problema aislado podría impactar profundamente en la dinámica del plantel.
La mirada hacia 2027
La gestión del envejecimiento del plantel será clave para Sudáfrica en los próximos años. Mantener un ambiente de respeto y cohesión será esencial para que los Springboks lleguen a la Copa del Mundo 2027 con fuerza, combinando la experiencia de los veteranos con la energía de las nuevas generaciones.