El proyecto Rugby360 (R360) emitió un comunicado en respuesta a la advertencia conjunta de varias uniones internacionales que alertaron a los jugadores sobre las consecuencias de unirse a la nueva liga rebelde.
El mensaje de las uniones fue claro: quienes participen en R360 no serán elegibles para la selección internacional.
El martes, las federaciones de Nueva Zelanda, Sudáfrica, Inglaterra, Francia, Australia, Irlanda, Escocia e Italia publicaron una declaración conjunta en la que expresaron su preocupación por el impacto de R360 en el ecosistema global del rugby.
“Instamos a los jugadores y al personal de apoyo a tener mucho cuidado”, comienza el texto.
Las uniones afirmaron que, si bien apoyan la innovación y las nuevas inversiones en el rugby, cualquier proyecto debe fortalecer el deporte en su conjunto y no fragmentarlo. También cuestionaron que R360 no haya presentado un plan concreto sobre el bienestar de los jugadores ni cómo su calendario coexistiría con las competencias nacionales e internacionales actuales.
“El modelo R360 parece estar diseñado para beneficiar a una élite muy pequeña, poniendo en riesgo la inversión que las uniones y ligas hacen en el rugby comunitario y en el desarrollo de jugadores”, remarcaron.
Por ello, cada unión nacional informará a sus jugadores que unirse a R360 los hará inelegibles para representar a su país.
R360: “El bienestar del jugador es nuestra prioridad”
En su réplica, R360 cuestionó la postura de las uniones y defendió su propuesta.
“No siempre es fácil aprovechar nuevas oportunidades, pero es esencial para el crecimiento de cualquier deporte”, señaló el comunicado.
El proyecto, impulsado por el ex centro de Inglaterra y campeón mundial Mike Tindall, sostiene que la serie global busca reducir la carga física de los jugadores y captar a una nueva generación de aficionados.
“El bienestar de los jugadores es una de las razones clave para crear nuestra serie global”, remarcaron.
Además, R360 aseguró que liberará a los jugadores para representar a sus selecciones y que su modelo “forma parte de un calendario mundial inclusivo”.
“Nuestra filosofía es clara: si los jugadores quieren representar a su país, deberían tener esa oportunidad. ¿Por qué las uniones se lo impedirían?”, finaliza el comunicado.
El conflicto entre R360 y las uniones tradicionales marca un nuevo capítulo en la tensión entre el rugby establecido y las ligas privadas que buscan cambiar el modelo competitivo.
R360 planea presentar su propuesta al Consejo Mundial de Rugby el próximo verano con la esperanza de obtener la sanción oficial que legitime su proyecto global.