Johnston, integrante del comité de gobernanza de la Scottish Rugby Union y del grupo Progressive Rugby, cuestionó duramente el manejo de la Unión Galesa de Rugby (WRU), calificando de “amateur” el documento de consulta que propone reducir de cuatro a dos las regiones profesionales en Gales. Según la especialista, el proceso estuvo “claramente inclinado” hacia la opción preferida por la WRU, sin analizar adecuadamente los riesgos ni las alternativas.
La consultora explicó que CVC, accionista en la Premiership inglesa, el United Rugby Championship (URC) y el Seis Naciones, es el actor mejor posicionado para liderar una reestructuración a nivel británico e irlandés. Con una fuerte presencia financiera en el deporte —incluyendo inversiones superiores a los 13 mil millones de dólares en diversas disciplinas—, la firma podría ser el catalizador que logre consenso entre uniones y clubes.
“Las Uniones y los clubes nunca llegarán por sí solos a un acuerdo para cambiar el URC por una liga británica e irlandesa. CVC tiene la capacidad y la mentalidad comercial necesarias para hacerlo”, afirmó Johnston.
La experta advirtió que la situación económica actual del rugby profesional, sumada a la caída de ingresos en Gales y Escocia, exige una transformación estructural. En ese contexto, una liga común entre Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales podría ofrecer un impulso comercial significativo y mayor estabilidad financiera para las franquicias involucradas.
Johnston también alertó sobre las consecuencias de una eventual reducción de equipos galeses en el URC, lo que obligaría a reemplazarlos para evitar el colapso de la competencia. Además, criticó la falta de transparencia en el proceso de consulta de la WRU, y llamó a una planificación más profesional y estratégica: “El rugby necesita menos improvisación y más visión de largo plazo. Hay demasiado talento en Gales y en todo el Reino Unido como para desperdiciarlo”.
Finalmente, la analista insistió en que cualquier reestructuración debe realizarse bajo criterios de gobernanza sólidos y con el objetivo de garantizar la viabilidad del rugby profesional a largo plazo.