Jake White analizó en profundidad el dominio sudafricano en el scrum tras el extenso y polémico Test entre Irlanda y los Springboks en Dublín. Mientras los Boks impusieron toda su potencia, White subrayó que la clave no es cuestionar su estilo, sino que las demás naciones deben actualizarse si pretenden competir rumbo al Mundial 2027.
Claves del análisis
Dominio total del scrum sudafricano: Para White, hoy ningún equipo está al nivel de Sudáfrica en esta formación y nada indica que las leyes vayan a cambiar.
Errores estratégicos de Irlanda: La expulsión de James Ryan y una banca sin un segunda línea pesado expuso al pack local. “Extrañaron terriblemente a Joe McCarthy”, remarcó.
La distribución del banco será determinante: 5-3, 6-2 o 7-1… White afirma que estas decisiones pueden “potenciar o destruir” a un equipo.
Los perseguidores deben innovar: Nueva Zelanda, Francia, Inglaterra, Argentina e Irlanda “necesitan una gran idea” para cerrar la brecha ante los Boks.
El ejemplo inglés: David Flatman elogió la agresividad del scrum de Inglaterra ante Argentina y destacó el impacto del entrenador de Bath, Stevie Scott, en pilares como Thomas du Toit, Will Stuart y Joe Heyes.
¿Volver al modelo del hooker-pilar? White menciona casos como Federico Méndez, John Smit y Malcolm Marx, proponiendo jugadores más pesados y versátiles para competir físicamente.
El dilema del “jugador híbrido”: Para White es un concepto exagerado: “No se está reinventando la rueda”.
Crítica a los Tests fuera de ventana: El sudafricano advierte que partidos sin planteles completos “diluyen el rugby Test” y ponen en riesgo el valor del espectáculo.
White concluye que el rugby internacional vive una sobrecarga de partidos y que solo los equipos con ideas frescas, preparación física extrema y primeras líneas realmente pesadas podrán desafiar el poderío sudafricano en 2027.
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