Scott Robertson continuará al frente de los All Blacks, aunque su futuro está lejos de estar asegurado. Tras una revisión formal de la temporada 2025 —una campaña marcada por irregularidades, confusión táctica y la peor derrota histórica del equipo— NZ Rugby decidió mantener al entrenador de 51 años, pero sin garantías de continuidad rumbo al Mundial 2027.
La organización dejó claro que cualquier resultado que no represente un resurgimiento contundente en 2026 podría derivar en un recambio total del staff.
La presión aumentó luego de que se revelara que el asistente Scott Hansen estuvo actuando prácticamente como entrenador principal, mientras Robertson asumía un rol más cercano al de un director de rugby. La revelación, hecha al New Zealand Herald durante la gira por Cardiff, sorprendió a aficionados ya molestos por la falta de rumbo del equipo.
El reconocido presentador Martin Devlin calificó la situación como “asombrosa” y fue tajante: “Ninguno de nosotros quería que Scott Hansen fuera el entrenador de los All Blacks. Razor es el entrenador, y si no puede serlo, que busquen a otro. Y no es Scott Hansen”.
Devlin cuestionó incluso la legitimidad de Hansen para ocupar ese rol: “Aún no se ha ganado el derecho de ser entrenador de los All Blacks. Ni siquiera ha dirigido a los Crusaders”.
En el proceso de selección para el cargo, Robertson se habría presentado como un “entrenador cultural”, con la idea de delegar tareas tácticas y operativas en su staff histórico de los Crusaders, franquicia con la que conquistó siete títulos consecutivos de Super Rugby.
Sin embargo, esa estructura tan exitosa a nivel doméstico no ha logrado replicar su dominio en el ámbito internacional, dejando a los All Blacks en un estado de incertidumbre total camino a 2027.
La presión es creciente. El margen de error en 2026 será mínimo.
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