El rugby de Nueva Zelanda atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente. Lejos de silenciar las críticas, el cierre de la temporada 2025 reavivó el debate sobre el rendimiento deportivo, la gestión económica y el rumbo estratégico de NZ Rugby, con resultados irregulares en casi todos sus seleccionados nacionales.
All Blacks: resultados que no alcanzan
Pese a cerrar el año con un récord de 10 triunfos y 3 derrotas, el balance de los All Blacks dejó sabor amargo. Las caídas históricas ante Argentina en Buenos Aires, la derrota récord frente a Sudáfrica en Wellington y el primer traspié ante Inglaterra en Londres desde 2012 marcaron un año de aprendizaje lento bajo la conducción de Scott Robertson.
Aunque se retuvo la Bledisloe Cup y se mantuvo el invicto de 31 años en Eden Park, Nueva Zelanda perdió el Rugby Championship, quedó lejos del Grand Slam y apenas colocó a Cam Roigard y Will Jordan en el Dream Team de World Rugby. La salida del asistente Jason Holland, en medio de tensiones internas en el staff, sumó interrogantes sobre el funcionamiento del cuerpo técnico.
Presión económica y cambios dirigenciales
En paralelo, NZ Rugby confirmó una pérdida de 19,5 millones de dólares en 2024, el tercer déficit consecutivo, pese a ingresos récord de 285 millones. La salida del sponsor Ineos y la necesidad de recuperar rentabilidad aceleraron cambios en la conducción, con David Kirk al frente de una nueva junta directiva enfocada en la sustentabilidad financiera y el desarrollo de base.
Black Ferns: golpe mundialista y reestructuración
Las Black Ferns no lograron defender su título en el Mundial de Inglaterra, tras una dura semifinal ante Canadá. Falencias defensivas, errores no forzados y problemas de comunicación interna marcaron la campaña. La salida del entrenador Allan Bunting y la llegada de Whitney Hansen abrieron una nueva etapa, con un exigente calendario de 11 partidos en 2026.
Sevens: contrastes marcados
El All Blacks Sevens vivió su peor temporada en décadas, finalizando séptimo en la Serie Mundial 2024/25 y sin títulos por primera vez desde 1999. Falencias en la preparación física y en la planificación quedaron expuestas. No obstante, el regreso de Tomasi Cama como entrenador dejó señales positivas con el título en Dubái.
En contraste, las Black Ferns Sevens confirmaron su dominio absoluto: campeonas olímpicas, ganadoras de la liga y campeonas mundiales, consolidándose como uno de los grandes activos del rugby neozelandés.
All Blacks XV, Māori y juveniles: luces aisladas
El All Blacks XV, dirigido por Jamie Joseph, fue uno de los puntos altos del año con una gira invicta por el hemisferio norte. Los Māori All Blacks cerraron 2025 con saldo equilibrado, aunque deberán definir nuevo entrenador.
En juveniles, Nueva Zelanda Sub-20 volvió a quedar a las puertas del título mundial, perdiendo la final ante Sudáfrica. Aunque ganó el Rugby Championship U20, la falta de continuidad en el staff técnico volvió a ser un factor negativo.
Un 2026 decisivo
Con un calendario cargado —incluidos cuatro tests ante Sudáfrica— y el posible regreso de Richie Mo’unga, NZ Rugby enfrenta un 2026 clave. La exigencia deportiva, la presión económica y la expectativa de los hinchas colocan al sistema del helecho plateado bajo una lupa permanente.
El desafío ya no es solo ganar partidos, sino recuperar la identidad, la confianza y la credibilidad del rugby neozelandés.
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