En estas últimas semanas el rugby fue noticia en varios medios de comunicación masivo. Desafortunadamente las palabras que más se leyeron o escucharon relacionadas con el rugby fueron pelea, conflicto, injusticia, poder… todas palabras ajenas al libro de valores de este tan respetado deporte.
Seguramente, a la hora de leer el título “La Futbolización del Rugby”, hubo distintas reacciones. Algunas de aceptación, otras de bronca, tal vez alguna otra de desacuerdo y seguramente muchas otras variables que sería imposible resumir. La comparación del rugby con el fútbol puede ser buena o mala. No necesariamente es algo malo que se compare al rugby con el deporte más popular de Argentina, ni tampoco algo bueno compararlo con el deporte dónde más violencia se ve en sus tribunas. Sin dudas este mix de opiniones demuestra que no es necesario estar de acuerdo en un TODO para hablar, opinar o discutir.
Podríamos nombrar miles de deformaciones que vive el fútbol en la actualidad. Para citar algunas podemos ver los diarios de esta última semana donde le arrojaron un piedrazo a un arquero y le abrieron la cabeza, o investigar y encontrarnos con los casos de corrupción en algunos clubes italianos, o ver los balances (si los pueden encontrar) de algunos clubes de argentina. No creo necesario semejante investigación para poder discernir lo bueno de lo malo. El ambiente del fútbol tiene un grado de contaminación tan alto que las cosas más sencillas de resolver se terminan transformando en problemas irreparables. Y tras cartón aparecen todos los medios de comunicación masiva que les parece mucho más rendidor hablar de la pelea de los jugadores con la barra que analizar el tan apasionante juego.
En cambio en el rugby tenemos la dicha que todo esto no pasa. Sería impensado que alguien le arroje una piedra a un jugador rival o que un equipo se vaya insultado por sus propios hinchas. Aunque, sin alarmarnos, hay que reconocer que girando por los clubes de Argentina escuchamos cosas desde el otro lado del alambre que antes no se escuchaban ni por error.
Mientras más pienso en el rugby más me alejo del fútbol, pero hay algo que no deja de hacerme ruido en mi mente y me deja intranquilo. En los últimos años nuestro deporte creció sorprendentemente, y como todo crecimiento repentino, en muchos aspectos nos dejó descolocados.
Pruebas a la vista, este conflicto de las últimas semanas muestra a un rugby de luchas y, con el poco tiempo que existe para analizar todo lo que pasa a nuestro alrededor a nivel de información se genera una bola de nieve donde se mezclan a los jugadores, el alto rendimiento, las uniones, los simpatizante, la plata, los permisos, la promesas y todo lo que pueda entrar en un pelea de entre casa que dejó entrar al mundo sin explicar detalles de raíz más que importantes.
En el último programa de rugby del domingo, en lugar de encontrarme con lo mejor del fin de semana me encontré con un charla de posturas que para entenderla hay que haber nacido en un club de rugby… y ni siquiera así uno puede tomar una postura porque todas las posiciones son válidas. Por otra parte me imagino a alguien que está dando los primeros pasos en este deporte formativo y se sienta en familia a ver lo que pasó el fin de semana y apreciar el rugby local e internacional y se encuentra con esta charla… no creo que sea una buena promoción de nuestro deporte. Ojo, que no estoy en desacuerdo que se hable de estos temas, pero creo que el medio no es el adecuado.
La cadena televisiva que cuida con recelo los derechos de TV de la URBA y debería difundir los partidos, debería justamente mostrar rugby y no posturas que, a mi criterio, se deberían charlar en otros ámbitos. Es muy claro que este debate genera que la masividad del rugby se encuentre perdida y “quiera” tomar una postura por afinidad o por intuición sin darle la profundidad necesaria al tema. Eso lastima al rugby. Tampoco hay que recaer sobre los que van a opinar del tema cuando son invitados, para nada. Todo lo contrario. Con la mejor de las intenciones intentan clarificar sus visiones aunque el medio no permite la extensión necesaria para charlar del tema. Ni que hablar del respeto y con la altura con la que se llevó a cabo el encuentro mostrando la caballerosidad de este deporte.
Ahora… ¿por qué no puede pasar que existan varias posturas?, ¿cuál es el inconveniente?, ¿no puede pasar que gente que tomen cosas de las dos posturas? Todo esto es posible, pero, insisto, esta exposición mediática lastima al rugby. Más allá del debate televisivo, los principales diarios del país también han presentado esto como una guerra. Es lógico teniendo en cuenta que muchos medios prefieren el conflicto que un partido de rugby. Dentro del crecimiento de nuestro deporte debemos cuidar las formas y la exposición. Somos los responsables directos de la difusión de nuestro deporte.
También escuché en más de un oportunidad el “¿de qué lado estás?” o “¿te parece bien lo que le hicieron a aquel jugador?” o “estos pibes se quejan porque llegan al final del torneo”. ¿A quién le suma este tipo de comentarios?. ¿Es utópico mostrarnos con la responsabilidad de entender que no todos nacieron en un club de rugby y que el no ser claros puede cambiar el destino de nuestro deporte?
La Futbolización del Rugby puede ser buena o mala. Depende de nosotros cuidar nuestro deporte para copiar lo mejor del otro y realzar los valores del nuestro. Más allá de las posturas, más allá de los colores, más allá de las uniones, tengamos responsabilidad y crezcamos con la tranquilidad de no deformar la esencia ni los principios del rugby.
Autor: Alex Caniza (rugbytime.com.ar)
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