La propuesta será para los jugadores del medio local y del exterior; `No hay ninguna cláusula que pueda ser objetada´, señaló Rolandi.
¿Será ésta la solución para un conflicto sin fin, lacerante? ¿O será apenas el desencadenante de otra medida extrema, del malestar creciente de los jugadores del seleccionado argentino de rugby? A esta altura, el conflicto entre el plantel de los Pumas y la dirigencia de la Unión Argentina (UAR) parece una mala novela, un entramado de desencuentros que no tiene final. Como esos amores que nunca se concretan por un sinfin de malentendidos y enredos. La propuesta de seducción de los dirigentes sigue siendo los contratos individuales, una medida que los jugadores rechazan, pero el Consejo Directivo realizó modificaciones, para que el conflicto termine de una vez.
“Se aprobó un proyecto de contrato, que les mandaremos a los jugadores. Allí se vuelca todo lo tratado en las reuniones que tuvimos en Pilar durante esas cinco semanas”, le confirmó anoche a LA NACION José Luis Rolandi, uno de los dos interlocutores que tuvo el plantel durante las negociaciones. Y si bien el dirigente no quiso dar mayores precisiones sobre el núcleo de lo que figura en esos convenios, manifestó su confianza de que esta propuesta llegue a buen puerto.
-Los jugadores manifestaron que hay cláusulas ridículas en ese contrato que les habían propuesto.
-Esas cláusulas acá no las van a encontrar. A mi entender, no hay ninguna cláusula que pueda ser objetada. Acá no hay otra cosa que todo lo que se charló en varias oportunidades. Esto sirve para establecer con claridad derechos y obligaciones de ambas partes.
-Pero hasta acá eso se pudo hacer sin necesidad de contratos. ¿Por qué aparecen ahora?
-Es que de alguna manera tenés que vincular a los jugadores con la UAR. Hay leyes, normas impositivas que cumplir…
-Entonces, vos tenés confianza de que esto va a servir para solucionar el tema.
-Es muy simple: creo en un 99% que los jugadores lo van a aceptar.
Rolandi se muestra convencido en sus palabras. Es el dirigente más cercano al plantel y confia en que podrá convencerlos de que se llegue a un acuerdo. Lo cierto es que la reunión terminó muy tarde y los teléfonos de los seis representantes (Agustín Pichot, Gonzalo Longo, Mario Ledesma, Felipe Contepomi, Ignacio Fernández Lobbe y Martín Durand), en Europa, estaban apagados.
Además, el Consejo rechazó la renuncia de Rolandi, que seguirá trabajando con el seleccionado. También se rechazó la dimisión de Richard Handley e intentarán convencerlo para que continúe en funciones.
Más tarde, bien entrada la noche, el presidente Alejandro Risler le confirmó a LA NACION la permanencia de Rolandi. “El será la persona que seguirá trabajando en esa función, como manager del plantel”, explicó el rosarino. “Esto de los contratos o convenios o como les quieran llamar, es la única manera de plasmar en el papel la relación entre la Unión y jugadores profesionales. Creo que hay una tremenda confusión alrededor de este asunto.”
Por cierto, Risler confirmó que los contratos serán firmados tanto por los jugadores que actúan en el exterior, como por los que se encuentran en la Argentina, uno de los principales focos de conflicto. “Los contratos están previstos para los jugadores profesionales, para los que pueden cobrar. Y, para los que están en la Argentina, hay un régimen de excepción que está previsto en el estatuto. Sí, todos están incluidos.”
Lo mismo había asegurado Rolandi un rato antes. “Los 22 jugadores, los que tienen régimen de entrenamiento en la Argentina, los del seleccionado A. Todos.” Pero, ¿y si los jugadores no aceptan? “Si no lo solucionamos, la cuestión va a ser muy difícil.”
Ahora habrá que ver si los Pumas acatan esta versión modificada de los contratos. Por lo pronto, en la UAR ya empiezan a pensar en la concentración de finales de septiembre próximo, que no se hará en Suiza, sino, muy probablemente, en Francia. Acordaron, esperan, confían. La respuesta áhora la tienen los seis representantes.
Fuente: Diario La Nación