Palermo Bajo sigue en pie, derroto al Tala Rugby Club por 20 a 14 en la primera fecha de la tercera fase.
¡La pucha que es duro de voltear Palermo Bajo! Y si no, que lo diga Tala, que pese a haberle tirado con toda la artillería encima, no sólo que no le hizo ni cosquillas sino que encima tuvo que levantar el bagayo con una derrota tan clara como indiscutible en su visita a Los Boulevares.
Es que más allá de la discusión que hubo (y habrá) respecto al try que anotó Ferrini cuando corrían siete minutos más del tiempo reglamentario, el 20 a 14 (4-1) con que finalizó el encuentro estaba bien por el lado que se lo mirara. O por lo menos, por lo que sucedió durante los 94 minutos (45 el primer tiempo y 49 del segundo) que dejó jugar Cristian De Bialoskurski.
Porque así como estaba claro que Tala no tenía una papita aunque la salchicha titilaba como candidato en la tabla del arrastre, también todos entendían que el Bajo tiene fama de duro. Ayer, lo fue aún más, entendiendo que si quiere estar en las instancias de semifinales no le queda otra que ganar los tres encuentros que tiene programados.
Seguramente que fue por esa necesidad de ir despejando incógnitas y, obviamente, de auto convencerse que todavía puede, que los dueños de casa plantearon un partido áspero y corto, pero siempre hacia adelante.
Porque más allá de que el grado de intolerancia en que montaba la pesada albinegra hacia el árbitro, por un lado, y el estilo de juego del local, por el otro, los hermanó a lo largo del encuentro, nadie desconocía que su Tala no había jugado todo lo bien que ellos esperaban.
Fue gracias a ese enorme corazón del que hacen gala, que los de Villa Warcalde no sólo se las ingeniaron para disimular algunas decisiones primarias a la hora de darle destino a la pelota, sino también para mantenerse uno arriba (14-13) hasta los 47 minutos de juego, sin merecerlo. De allí que cuando Ferrini recibió el tributo de Rusculleda el silencio invadió al visitante, mientras que la tribuna local explotó de alegría.
Fuente: La Voz del Interior