El torneo de rugby tucumano muestra una gran paridad entre los cuatro equipos que accedieron a las semifinales.
Las semifinales del Regional de rugby ratificaron la gran paridad que hay entre los cuatro equipos que llegaron a estas instancias, lo que ya se había insinuado durante la temporada cuando se ganaron entre sí con poca diferencia.
También se apreciaron las imprecisiones y los errores que cometieron los protagonistas en estos partidos, que fueron chatos, aunque emotivos por la incertumbre que generaron los resultados sobre el final. Estos detalles, como otros que se notaron durante la temporada, nos llama a una reflexión y a un análisis sobre si el nivel de juego fue bueno o no. Si mejoró o bajó con respecto a años anteriores.
La primera reflexión que nos surge, viendo las estadísticas, es que el equipo que resulte campeón habrá perdido un mínimo de cinco partidos. Es el caso de Los Tarcos o de Lawn Tennis. Y si sale campeón Universitario o Tucumán Rugby el número se eleva a siete, en el caso de la U, o a nueve, si se coronan los verdinegros. ¿Puede ser campeón un equipo que haya perdido tantos partidos? En este Regional puede ocurrir.
Otro detalle que indicaría una baja del nivel en los equipos tucumanos: nunca antes un equipo de Santiago del Estero le había ganado en un campeonato a tantos representantes de nuestro rugby: Old Lions les ganó a Uni, a Huirapuca y a Tucumán Rugby, y empató con Los Tarcos en el ex aeropuerto. Lo mismo pasa con los salteños Jockey y Uni, que le ganaron a varios candidatos.
Al margen de estos números, hay una realidad palpable: el juego que se vio no fue del mejor. Y esta sensación se incrementó al ver las semifinales de la URBA, en especial la que jugaron Hindú y SIC. Quedó claro que la velocidad, la dinámica y el juego están por arriba del nivel norteño. Los encargados del juego en estas tierras deberán trabajar para mejorar. Si la liebre no reacciona, será superada por la tortuga.
Por Tomás Gray (La Gaceta – Tucumán)